lunes, diciembre 29, 2008

Reyertas 18: 2009, el año (del temor) por venir

En la entrega anterior anuncié que la presente estaría dedicada a señalar las tendencias que se conciben como las más factibles que acontezcan en el año que está por comenzar. No se trata de un ejercicio de adivino ni de medium, por el contrario, debe quedar completamente claro que no es la pretensión el decir lo que fatalmente acontecerá en 2009. Por el contrario, este ejercicio persigue el objetivo de mostrar cuáles son los escenarios más probables (que no los únicos) para el año entrante, con base en cómo se ha venido configurando el presente.

Resulta muy curioso que los ahora profetizadores del cataclismo universal son los mismos que hace algunos meses pronosticaban que la crisis financiera sería un simple fenómeno coyuntural que no iría más lejos de unos cuántos morosos embargados. El principal lugar común que suele atribuirse como explicación de la actual crisis es la desastrosa administración económica que ha hecho el gobierno de George W. Bush (George II) del “motor del mundo”. Partiendo de ese supuesto todos los oráculos financieros han colocado sus esperanzas repartidas en dos grandes eventos; por un lado, las medidas tomadas por el Congreso estadounidense para rescatar tanto a los bancos como a los sectores fundamentales de la economía de los EU (principalmente las compañías automotrices) y, por el otro, la elección de Barack Obama, quién será el 44° presidente de los EU. Estas profecías creídas tanto por los neo con como por los partidarios de la izquierda deseable, no hacen más que exhibir el subjetivismo mediante el cuál se pretende construir el futuro de la humanidad, un futuro basado en la perpetuación ad infinitum del capitalismo. Ni Obama posee verdaderamente los poderes de rey taumaturgo con que se le piensa, ni toda la liquidez que se le pueda entregar a los mercados bastarán para resolver la actual crisis económica, porque simple y sencillamente no son el problema. Aún dando por descontado que el problema es en sí mismo la existencia del capitalismo, con todo y sus ciclos de auge y crisis; más allá de ello, el asunto es que todas las condiciones que ha venido desarrollando el neoliberalismo en la superestructura tienden a profundizar la disociación en la estructura entre el capital objetivo y el ilusorio (ese que solamente existe en la cabeza de los especuladores). EU, como se ha señalado en entregas anteriores, tiene tres grandes problemas estructurales que están mermando su capacidad económica: una, se ha venido desprendiendo de una parte importante de su industria. Dos, se ha vuelto dependiente en extremo del mercado mundial, tanto para abastecer sus necesidades con importaciones, como para apuntalar su moneda, pese a que en las últimas semanas el dólar ha recuperado un poco de su valor frente a otras monedas, la grandes emisiones de bonos del tesoro no han hecho más que multiplicar la cantidad de dólares circulantes por el mundo, colocando el futuro del dólar en manos de los compradores de esos bonos. Tercero (y quizá más importante), la capacidad productiva de la economía estadounidense se basa en el sacrificio de su clase trabajadora, no solamente se ha mantenido estancado el salario real de los trabajadores durante las últimas dos décadas mediante el congelamiento del salario mínimo, sino que el valor de la fuerza de trabajo también se ha abaratado gracias al endurecimiento de la legislación en contra de la inmigración y a la desarticulación de la seguridad social (así el ingreso indirecto de los trabajadores es menor).

Pero los holocaustos de obreros tan fervorosamente ofrecidos al capital, están cobrando su factura. La alta productividad estadounidense también ha significado la disminución del poder adquisitivo de los gringos, que por años había sido oculta por una creciente sobreproducción en la construcción, aunado a tasas bajas de interés bancario que permitían otorgar créditos aun a personas sin capacidad de pago. Definitivamente, lo que pueda hacer Obama y su equipo en el futuro próximo para superar los efectos de la crisis, es poco. A lo más que puede aspirar es a paliarlos un poco mediante una agresiva política exterior de guerra y conciliación diplomática que posibilite la destrucción de la producción superflua. Una medida de mayor profundidad sería el reconstruir el sistema de salud público, mediante lo cuál, poco a poco el poder adquisitivo de los trabajadores podría irse recuperando, pero no es una medida que funcione tan rápido e implementada en su forma más radical y efectiva podría causar problemas con los principales mercaderes de la salud (farmacéuticas, hospitales privados, aseguradoras). Pero, por otro lado, la recuperación de la economía norteamericana también depende de que la generación de riqueza recomponga el camino de ser capital real. Pero para ello la inversión requeriría concentrarse en reconstruir la industria norteamericana, pero sobretodo a partir de la introducción de nuevas tecnologías, lo cuál podría ser deseable desde el punto de vista del proletariado, pero que no necesariamente será sencillo hacer debido a que implicaría revertir los procesos que formalmente le han dado a EU su productividad. Sin embargo, políticamente Obama no tiene más remedio que intentar esa vía si es que no desea terminar igual que su antecesor.

En el frente europeo la cosa no está más difícil en comparación con la de los Estados Unidos para el año que viene, aunque sí más compleja. Los procesos de interacción entre los mercados financieros han alcanzado un punto en el cuál los efectos de una determinada acción invariablemente van a repercutir también en el otro lado de la ecuación, la intensidad con la cuál repercutan depende de el desarrollo que haya alcanzado un determinado mercado y de la vinculación que se tenga entre la parte objetiva de tales economías. Así queda claro que la desregulación financiera ha hecho más vulnerables a naciones como Inglaterra, Irlanda, España e Islandia, dentro de la Comunidad Europea. Sin embargo, las necesidades del propio proceso de integración europeo han obligado a definir mecanismos de regulación que originalmente estaban diseñados para solventar las disparidades entre los diversos mercados internos, pero que ahora están funcionando como salvavidas ante la crisis. Parte de esos mecanismos están los de seguridad social, que a pesar de los intentos por desaparecerlos la movilización social los ha logrado mantener en pie. Así, hoy la situación económica para los europeos no se ve tan negra como para los EU, por ese lado.

En realidad las complicaciones europeas vienen por el lado político-social, pues la polarización está conduciendo a tres grandes posiciones que se vienen decantando. Por un lado, los quienes como José Luis Rodríguez Zapatero o Gordon Brown, primeros ministros español y británico respectivamente, buscan salir de la recesión empujando más hacia la desregulación (no se sorprenda el lector de que justamente sea el PSOE el partido que esté colaborando con la venta a Rusia de Repsol). Por otro lado, están los que antes que otra cosa están buscando la salida por la vía de una mayor regulación y mayor integración paneuropea, tal es el caso de los derechistas Nicolás Sarkozy, Silvio Berlusconi y Angela Merkel. Pero en tercer lugar están las posiciones sociales que se están polarizando en dos grandes bandos: el resurgimiento de los ultranacionalismos (al estilo del nazismo) y los movimientos anticapitalistas. Aunque son estos segundos los que mayor crecimiento han tenido en los últimos cinco años; baste recordar que las jornadas de París, Roma y Atenas han dado mayores muestras de organización política y una trayectoria ascendente. Por cierto, habrá que estar atentos en Francia el próximo enero cuando la Liga Comunista Revolucionaria (LCR), que en las presidenciales de 2007 obtuvo al rededor de millón y medio de votos, se disuelva y dé paso a la creación de un partido más amplio: el Partido Anticapitalista.

El otro punto de conflicto en Europa se encuentra en el oriente, ya que las antiguas aliadas del pacto de Varsovia están integrándose por cualquier medio a la política imperialista europea y/o estadounidense, mientras Rusia intenta levantar cabeza como potencia imperialista del capitalismo del siglo XXI. Tanto para EU como para Europa la posición a la que han llevado a Rusia el dueto Medvédev-Putin ha sido muy audaz en la creación de alianzas; cosa que podría cerrarle oportunidades de mercado, tanto al bloque estadounidense como al europeo.

Pero Rusia no es la única nación con aspiraciones proimperialistas que está poniendo en jaque la política de los imperialismos consolidados, China y la India también comienzan a ser un problema, sobre todo para el imperialismo hegemónico: EU. No solamente por esa audacia que han tenido al crear nuevas alianzas comerciales dónde los estadounidenses han sido incapaces, sino porque los efectos de la crisis mundial se reflejarán en esas naciones en 2009, lo cuál podría agudizar la situación norteamericana. No se olvide que China es el principal socio comercial de Estados Unidos, una drástica reducción de la producción china redundaría en una menor capacidad de las trasnacionales estadounidenses en China para producir y en una menor capacidad de EU para adquirir sus importaciones de aquella nación asiática. Los afectos de la crisis en China podrían ser más perjudiciales para EU que para la propia China, pues ésta ha establecido muchos más acuerdos de comercio bilateral, tiene una cartera bastante diversificada de naciones proveedoras y clientes. Por otro lado, aunque aún juntos carecen de la capacidad para igualar el poderío tecnológico-militar estadounidense, tanto chinos como rusos han retomado el camino del armamentismo, y tienen todos los elementos (mayores poblaciones, disponibilidad de materias primas, capacidad productiva en expansión y desarrollo tecnológico en ascenso) para superar a los norteamericanos en algunos años.

Por lo pronto, si el futuro presidente de los EU resulta tan sensato como lo demostró en campaña tendrá que llevar a la práctica de forma inmediata, negociaciones con China y Rusia para paliar los estragos de la crisis en esas regiones. Una acción de esa magnitud invariablemente repercutirá de forma acelerada en muchas otras situaciones internacionales, pues EU tendrá que ceder en asuntos de crucial importancia para esas naciones. En ese caso la relación chino-estadounidense afectaría directamente la política norteamericana hacia Irán, Sudán, Congo (Conakry), Cuba, Venezuela; en cambio, la relación ruso-estadounidense influye sobre los asuntos en Kosovo, República Checa, Polonia, Latvia, Estonia, Lituania, Kazajstán, Azerbaiyán, Kirguistán, Georgia, Bielorrusia, Ucrania, Irak, Afganistán, Pakistán, Irán, Venezuela, Cuba. Sin duda un entramado complejo que Obama tendrá que tener muy presente si no quiere echarse a los grandes capitalistas encima.

En cuanto a América Latina la situación para el próximo año pinta también un tanto cuanto polarizante. En Venezuela los opositores proimperialistas están aprendiendo a organizarse, lo cuál puede volver difícil la situación si las fuerzas revolucionarias no comienzan a madurar y capitalizar todos los avances que han tenido en la presente década. En Bolivia la muy probable aprobación de la nueva Constitución tenga como efecto secundario la radicalización de los secesionistas, si no se logra explicar a las clases subsumidas bolivianas el triunfo que representa dicha Constitución, no podemos esperar que el gobierno de Morales se sostenga por mucho tiempo más. Por su parte, Ecuador, parece ser por ahora la nación que está avanzando con menores dificultades en su proceso de democratización social, pues hasta ahora la estrategia de la dirección está logrando sacarle todo el jugo a las trasnacionales, aprovechándose de las necesidades de éstas, mientras por lo bajo el movimiento social viene dando muestras de madurez, lo cual sin duda se reflejará con la consolidación del proceso constituyente. Argentina en cambio tiene una situación más cuesta arriba, pues la burguesía de libre mercado que colocó en la presidencia a Cristina Fernández fue severamente golpeada por los paros organizados por la burguesía agroexportadora. Mientras en Brasil y Paraguay todo indica que a pesar de algunos conflictos localizados, habrá relativa estabilidad gracias al apoyo popular que han logrado sus respectivos gobiernos; no así en el caso de Uruguay, dónde el proceso electoral de octubre promete abrir la brecha en el gobernante Frente Amplio (FA), pues mientras el delfín de Tabaré Vázquez está cargando con el descrédito que en los últimos meses ha cosechado el actual gobierno, el senador tupamaro, José Mujica, lleva la ventaja de ser el favorito de la base frenteamplista. Cabe recordar que el FA aprobó lanzar tres candidaturas para la presidencial del 2009. En el caso de Perú y Chile, las actuales administraciones han cometido errores garrafales que sin duda les costarán bastante, sin embargo ahí el viraje será en dirección bastante contraria, mientras en Perú se perfila el crecimiento de las izquierdas en Chile el avance más fuerte será el de los democratacristianos, donde se han refugiado los pinochetistas menos radicales. Colombia, por su parte, podría vivir una situación opuesta a la de 2008 cuando el poderío de Álvaro Uribe alcanzó su máximo, pues la oposición de izquierda comienza a mostrarse más capaz con los diversos conflictos que han surgido más allá de las FARC. En cuanto a América Central se ha venido confirmando que el sandinismo oficial no es más que una pantomima de lo que planteaba el FSLN a inicios de los ochenta, lamentablemente aún no hay opciones sociales firmes. En cambio, en El Salvador, el crecimiento del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se ha venido recuperando tras una década de extravíos.

En México, la situación es más que difícil, no solamente porque el gobierno ha sido incapaz de tomar medidas adecuadas ante la guerra entre narcotraficantes que azota al país, es evidente a todas luces que la ofensiva la llevan las organizaciones de narcotráfico: el gobierno solamente está siguiendo la agenda que el narco les marca. Sino porque tampoco ha sido capaz de afrontar de manera adecuada la crisis mundial, se sigue pasando por alto que al estar la economía mexicana tan estrechamente vinculada a la de EU, los efectos de la crisis serán los más fuertes en la región. Por lo pronto, la desaceleración del crecimiento está ampliando los problemas del desempleo y éste, a su vez, ya está poniendo en riesgo al sector financiero (uno de los más rentables del mundo). Muy probablemente para cuándo la crisis llegue a su fondo en México se tenga una situación similar a la crisis de 1994-1995. Por si fuese poco, las elecciones intermedias del 2009 tendrán como resultado la consolidación del PRI como verdadero partido gobernante, que siga acumulando los triunfos de decidir tras bambalinas mientras el PAN se queda con el desgaste de llevar mal el gobierno.

No obstante, la parte más complicada para la sociedad será la pérdida de las alternativas de izquierda electoral, hasta ahora el PRD no había sido útil como instrumento de transformación que beneficie al pueblo, pero sí había sido una válvula de escape para el descontento. Había logrado mediatizar al 20% del electorado, pero su virtual bancarrota lo inviabilizará definitivamente: Nueva Izquierda ha servido bien a los intereses de la burguesía trasnacional y eso lo percibe gran parte de la sociedad mexicana. Los minipartidos que respaldan a López Obrador, además de carecer de un programa propio, no tienen la estructura que posibilite colocar al movimiento lopezobradorista como una opción sólida electoralmente. Además, hay que tener consciente que el lopezobradorismo no tiene en sí mismo una posición de clase que realmente constituya una alternativa. En consecuencia, electoralmente las izquierdas no pueden esperar mucho: pocas posiciones parlamentarias y con un compromiso bastante débil. En tanto, la sociedad, en la sociedad no organizada, el descontento seguirá en ascenso lo cuál podría fortalecer a las organizaciones de lucha ya existentes (sindicatos democráticos, guerrillas, partidos sin registro, organizaciones campesinas y populares), pero no demos por hecho que éstas tengan la altura de miras para dar respuestas adecuadas. El sindicalismo necesita salir del gremialismo (cosa realmente difícil cuando la crisis empuja a este tipo de organización a la política economicista), al igual que los campesinos y el movimiento popular, se requiere que el neozapatismo supere las concepciones feudalizantes sobre la autonomía y asuma realmente tareas de Liberación Nacional (no parcelaria). Es menester influir para que la Convención Nacional Democrática, por su lado, de un salto de calidad para que tienda a defender los intereses de clase, buscando soluciones radicales (es decir, que vayan a la raíz no que caigan en el extremismo) a los problemas de las clases subsumidas; lo cuál implica superar la concepción del dirigente todopoderoso (tal como en el que se ha convertido AMLO).

En cuanto a los sectores de izquierda que asumimos el anticapitalismo, ya no debemos esperar más, urge ir construyendo un socialismo para el siglo XXI, pero que realmente contenga una crítica de ruptura con los experimentos fallidos de socialismo en el mundo, así como afirme su raíz en la historia de México (no como dogma teológico, sino como forjadora de la sociedad concreta) pero sin descuidar el aspecto de la solidaridad internacionalista de clase. Se requiere construir organizaciones desde abajo sí, pero que también se fundamenten en teoría de avanzada construida desde abajo y sin renunciar a hacerse con el poder. Con el poder para determinar el rumbo de la nación socialmente, no mediante la junta de notables que imponga los intereses de la clase dominante: capitalista. Ni la derrota ni la muerte son opciones ya, ¡NECESARIO ES VENCER!

lunes, diciembre 22, 2008

Reyertas 17: 2008, un balance del año

Se consume el 2008, un año que bajo ninguna circunstancia puede ser calificado de aburrido o tedioso. Por alguna extraña razón resultó demasiado estimulante para los sentidos. Nadie quedó exento de padecer los primeros síntomas graves del agotamiento de la fase neoliberal, bien se haya sentido desde el bolsillo, como indignación ante la opresión de clase, como miedo ante el repunte de la inseguridad, o de cualquier otro a forma. Definitivamente 2008 no fue un año irrelevante.

En la presente entrega se abordará de la manera más sintética posible cómo quedó la situación después del huracán 2008; con la finalidad de que en la próxima se den algunas ideas de lo que puede ocurrir el año venidero y las tareas subsecuentes que nos toca a los trabajadores ir desarrollando.

Por principio de cuantas cuando se plantea hacer un recuento, siempre se hace con respecto a una valoración previa, en nuestro caso no es la excepción; tomamos como referencia las tesis contenidas en el documento de diagnóstico que desde hace un par de años está elaborando el Círculo de Estudios de Marxismo Ortodoxo Recalcitrante (CEMOR), cuyos dos primero apartados fueron concluidos a finales de 2007 y dan algunos lineamientos sobre la tendencia que se estaría definiendo a partir de 2008. Esas tesis fueron expuestas y discutidas a inicios del año con algunos compañeros involucrados en le lucha por la defensa de los recursos energéticos. Por lo que, aunque la elaboración del CEMOR no ha sido terminada, mucho menos socializada, al menos la parte referente a los aspectos económico-políticos del panorama internacional y nacional se puede contrastar ya con lo acontecido realmente durante el año que termina.

Por principio de cuentas, para el CEMOR el ciclo económico (2001-2007) había venido dando muestras finalizando desde el 2005-2006, pues la tasa de crecimiento de las principales economías había venido disminuyendo, al mismo tiempo que las tasas de interés fijadas por los bancos centrales comenzaban a incrementarse de nueva cuenta. Lo anterior se aunaba con la bonanza de precios en el mercado de las materias primas. En sintonía con estos indicadores la economía del llamado “motor mundial”, estaba dando ya signos de agotamiento muy fuertes que pronosticaban el inicio de una crisis económica que claramente estallaría por el lado de la burbuja hipotecaria. El documento del CEMOR plantea que Estados Unidos se ha venido convirtiendo en la víctima de sus propios demonios, pues la exorbitante magnitud de riqueza que se genera en esa nación representa poco más de la cuarta parte de la riqueza en el mundo, pero el costo que ha tenido que ha debido pagar por ello es que de forma gradual ha necesitado deslocalizar sus procesos productivos, lo cual ha derivado en que parte importante de su propia industria esté fuera del territorio estadounidense. La burguesía imperialista ha buscado esto para aprovechar la mayor tasa de ganancia (ellos la llaman productividad) que se permiten obtener las neocolonias. Esa deslocalización, vinculada con los procesos migratorios (incluyendo el endurecimiento de las prohibiciones) permitió que el valor de la fuerza de trabajo se mantuviese estancado, con lo cual el poder adquisitivo de los salarios se fue deteriorando. Pero, entre una política de fomento a la industria de la construcción mediante un sin fin de maniobras financieras y el desplomar las tasas de interés entre 2002 y 2005, se ocultó esa reducción real de la capacidad de consumo de los trabajadores norteamericanos. Era completamente previsible que en cuanto se elevasen las tasas de interés (tal como cíclicamente suele ocurrir) la moratoria se convertiría en una práctica recurrente de mucha gente, acelerando el proceso de crisis. Por su parte, la industria automotriz, (pieza clave de la economía estadounidense) no logró, durante el ciclo económico 2001-2007, de los estragos sufridos durante la crisis de 2001. De hecho, lo contenido en el documento correlacionado con la información disponible en enero de 2008 permitía señalar que la crisis económica ya estaba en marcha.

Sobra decir, que en los últimos meses esa tendencia se ha venido corroborando. Las quiebras se han venido acumulando con mayor velocidad a lo largo y ancho de Estados Unidos, alcanzando su punto máximo entre agosto y octubre, cuando las principales empresas financieras fueron declaradas en bancarrota, o rescatadas por el gobierno o fusionadas.

Por su parte, en el resto del mundo, las contradicciones interimperialistas se han venido acentuando con la profundización de la crisis, pese a los esfuerzos por realizar grandes acuerdos multinacionales. Mientras la alianza imperialista encabezada por los Estados Unidos pugna por la sobrevida del neoliberalismo como forma histórica concreta de acumulación; la alianza imperialista europea busca por el lado de aplica medidas mixtas, que por un lado regulen la economía y por el otro hagan pagar a los trabajadores con mayor sacrificio los costos de la crisis. Por su parte, la alianza en ciernes, denominada BRIC (Brasil, Rusia, India y China) no ha logrado condensar esfuerzos realmente comunes y por tanto sigue sin funcionar como contrapeso a la hegemonía imperialista de Estados Unidos. Sin embargo, por separado cada una de esas naciones ha logrado frena algunos embates estadounidenses en su respectiva región. Sobre todo en el caso de Rusia. La guerra en Osetia del sur, Georgia fue una respuesta clara al reconocimiento que EU promovió a la independencia de Kosovo.

En cuanto a la situación en América Latina, la tendencia que comenzó a perfilarse desde inicios de 2007, ha sido el crecimiento del antagonismo entre los gobiernos respaldados por la burguesía de libre mercado, los respaldados por burguesías de mercado interno y aquellos que tienen una mayor base en las clases subsumidas. Esa exacerbación de las contradicciones no solamente se manifestó como conflictos entre naciones, como en el caso de las relaciones entre Ecuador y Colombia; también tuvieron sus manifestaciones internas. En Bolivia la oposición sigue haciendo lo posible para desestabilizar al gobierno de Evo Morales, en Argentina algo similar ocurre en contra de la presidencia de Cristina Fernández, en Venezuela la oposición intenta fortalecerse, en Paraguay los Sin Tierra se lanzaron contra el latifundismo tras el triunfo en las presidenciales del ex obispo Fernando Lugo, en Colombia la derecha gana espacio a las FARC pero por el otro queda exhibida por las movilizaciones de los pueblos indígenas.

Ningún balance es objetivo si no se reconoce que en las proyecciones hubo imprecisiones o, que simplemente, la probabilidad mayor de que una cosa acontezca no descarta que la que ocurra realmente sea la que tenía una menor tasa de probabilidad. Así, es preciso señalar que el tamaño de la crisis actual ha sido uno de los puntos donde la realidad superó a la imaginación. Según los planteamientos del CEMOR la crisis no afectaría tan fuertemente a potencias emergentes que tienen ciclos económicos aún desfasados del resto del mundo, en el caso de India y China, la repercusión está siendo todavía mayor de la prevista. Esa mayor repercusión económica se refleja en una caída más fuerte de la esperada de los precios de las materias primas, así como en la revaloración del dólar como dinero mundial. Si en menos de seis meses el precio del barril de petróleo ha caído más de cien dólares, se debe a que India y China han disminuido su ritmo de consumo productivo porque su principal comprador (Estados Unidos) está comprando mucho menos que antes.

En el plano nacional desde hace años es claro que la estructura económica no es capaz de mantener al país, por el contrario, ahora está más expuesto que nunca a los problemas que enfrente EU. En ese sentido el CEMOR marcaba tres líneas de contagio de la crisis que afectarían a México: disminución de las remesas, disminución del ingreso petrolero y reducción de las exportaciones. Lo anterior en coincidencia con una abrupta reducción de la liquidez: no era posible que las ganancias de los bancos, basadas en altas tasas de interés y cobro de comisiones en lugar de garantizar el flujo de efectivo para los sectores productivos, mantuviese su dinamismo cuando el ingreso real de los mexicanos seguía deteriorándose.

En cuanto a las condiciones de vida de la sociedad, las muestras de inconformidad contra el gobierno de Calderón siguen creciendo: hasta el momento la violencia no solamente ha sido un buen pretexto para expandir el intervencionismo estadounidense sino que también ha sido utilizado como una válvula de escape ante la inconformidad social, el hampa y no el gobierno ha sido la responsable de la difícil situación de los ciudadanos. Ese espacio político, combinado con las alianzas que posibilitaron el Golpe de Estado de Calderón, permitió la aprobación de las reformas estructurales en materia de pensiones (ISSSTE) y petrolera.

En cuanto a la situación de los movimientos sociales, ya nos referimos a que estos continúan su proceso de crecimiento, pero aún carecen de proyectos claros. En el caso de las organizaciones electorales, el CEMOR previó de manera correcta la situación por la cuál atravesarían los partidos: identificó a los Chuchos de Troya como el grupo que enterraría definitivamente al PRD. Nunca fue realmente una organización que representase las necesidades de las clases subsumidas, pero al menos generaba esperanza entre algunos mexicanos (alrededor del 15% de los electores). A inicios de 2008 ya se atisbaba la posibilidad de que con un triunfo del chuchismo el partido sería entregado al calderonato, así el Frente Amplio Progresista (FAP) quedaría aislado. Por el contrario, si hubiese ganado la corriente de Alejandro Encinas, los chuchos habrían causado un cisma que descarrilase al PRD; todas las acciones que realizó Nueva Izquierda (NI) tras las elecciones internas iban claramente en abrir esa opción si el tribunal electoral no les resolvía favorablemente. Hoy los herederos de Rafael Aguilar Tamalantes, un antiguo colaboracionista con el régimen príista que se movía bajo las siglas del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), se han adueñado del PRD y están haciendo lo posible por cerrarle el paso al FAP. No es gratuito que sea NI la que esté colocando las mayores trabas para que las organizaciones integrantes del frente puedan tener algún avance electoral en 2009. Por su parte, el movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador, que este 2008 se dedicó principalmente a combatir la contrareforma petrolera tuvo un gran acierto en cuánto a sus formas organizativas: logró evitar la represión abierta y despiadada por parte de la burguesía hegemónica; pero se debe reconocer que en lo programático sus planteamientos ni son profundos ni superan al capitalismo y ni siquiera son algo que vulnere realmente los intereses de la burguesía librecambista. Se evitó la represión sí, pero la reforma neoliberal avanzó porque las propuestas en pro del mercado interno se articularon tarde y mal.

En términos generales el 2008 no fue un año que las clases subsumidas quieran recordar, pero que deberán hacerlo en función de generar una actividad teórico-práctica que permita evitar la reedición de otro año tan lleno de problemas, de uno que deje como saldo mayores inconvenientes para la clase trabajadora. En la siguiente entrega, la última del año, daremos cuenta de las tendencias que según nuestro enfoque se darán durante 2009 con el fin de que no quedemos desprevenidos por lo que ocurrirá en un año que estará marcado por los procesos electorales. Ni la derrota ni la muerte son opciones ya, ¡NECESARIO ES VENCER!

miércoles, diciembre 17, 2008

Problemas fundamentales del universo. Análisis filosófico del conocimiento, dios, el alma, el universo, la nada y la libertad, 09:

EL YO

Análisis filosófico de la idea del alma

Para Angélica

por  nuestra amistad.

INTRODUCCIÓN

En el presente ensayo se abordará el problema de la existencia del alma, así como el de la inmortalidad. Se empleará el método analítico y se complementará el discurso filosófico con bases científicas elementales.

LA IDEA DEL YO

La individualidad humana suele denominarse con el concepto del alma o espíritu, pero no existe un solo criterio, pues los filósofos griegos ocuparon el concepto del alma para denominar lo que le da vida al cuerpo, mas dicho concepto no implicaba la inmortalidad; para los atomistas el alma se componía de átomos físicos, es decir, de un alma material, y el cristianismo y otras religiones sí implican la inmortalidad en la idea del alma. Del mismo modo la idea de espíritu suele tomarse unas veces como el alma y otras veces como las operaciones mentales. Por todo ello, dichos conceptos soportan una carga histórico-religiosa de tal ambigüedad  que dificulta su problematización actual. Para evitar esas complicaciones nos referiremos al alma con el concepto del yo y a las funciones del espíritu como funciones mentales. Esto no impide que se pueda afrontar el problema de la inmortalidad, pues no tendría sentido hablar de inmortalidad del alma si no nos refiriéramos a nuestro yo.

Ahora bien, deseo saber lo que específicamente soy yo, sé que tengo un nombre y que tengo un cuerpo, pero yo no soy exactamente eso, pues son mi nombre y mi cuerpo, pero no yo mismo. Si eliminara mi nombre seguiría siendo yo, si me cortara los brazos y las piernas seguiría siendo yo, finalmente si me cortara la cabeza y se lograra hacer que mi cabeza tuviera conciencia seguiría siendo yo. Este es el punto que buscamos, pues lo que me hace ser yo mismo es mi conciencia (entendida como la propiedad humana de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta), ya que si tuviera una disfunción cerebral y mi condición fuera vegetativa, podría objetarse que ya no soy yo, sino que es sólo mi cuerpo.

INMATERIALIDAD

Dentro de la ontología científica actual que expone Bunge, la naturaleza psíquica del humano se puede desglosar de la siguiente manera:

En un primer nivel está nuestro cerebro, quien es el sustento fisicoquímico  de las funciones mentales.

En un segundo nivel están dichas funciones tales como los pensamientos, la memoria y la conciencia, los cuales son el resultado de las funciones cerebrales. En ese sentido, la conciencia no es inmaterial en tanto que todo proceso mental es un proceso cerebral, la confusión surge al querer tomar las propiedades emergentes como elementos autónomos, pretendiendo que puede haber fenómenos mentales en ausencia de conexiones neuronales. En el caso particular de los sentimientos, también hallamos tal actividad cerebral, por ejemplo: el enamoramiento es producido por una hormona llamada endorfina, la cual también se encuentra en pequeñas cantidades en el chocolate negro, evidentemente que el amor es mucho más complejo que lo que hace una hormona, pero es un hecho que sin ella no seríamos capaces de enamorarnos.

En un tercer nivel están la mente y el yo, (en donde podemos incluir las ideas del alma y del espíritu), en el caso de la mente no podemos otorgarle una existencia real, pues como expone Hume: “Pensar es siempre pensar algo (...) Por tanto, no existe un puro ni una distintos de las percepciones e ideas particulares (...) resulta falso inferir, como hiciera Descartes, la existencia de una sustancia pensante a partir de la actividad del pensar, del mismo modo que es falso inferir una sustancia comedora a partir del comer”. De la misma forma, el yo no es físico como el cerebro, así como tampoco deriva directamente de la actividad neuronal como las funciones mentales; pues el yo no es más que una idea que se deriva de la autoconciencia con el apoyo de la memoria, que adquirimos desde una edad muy temprana y que nos sirve para identificarnos a nosotros mismos y a reconstruir nuestro pasado, pero que no deja de ser un mero concepto. En otras palabras, si buscamos el yo como un elemento químico físico o biótico dentro del cuerpo no lo encontraremos, aun dentro del cerebro sólo hallaremos neuronas y conexiones neuronales, pues el yo como tal no es de esa categoría. Llinás explica la naturaleza del yo con una analogía: “El yo, aquello por lo que trabajamos y sufrimos es tan sólo un término útil, referente a un evento tan abstracto como lo es el concepto del Tío Sam respecto de la realidad de algo tan complejo y heterogéneo como son los Estados Unidos”.  Por tanto, el yo y la mente son solamente ideas que nos ayudan a comprender nuestra individualidad, pero no poseen existencia real, por lo que no tiene sentido considerarlas inmateriales.

INMORTALIDAD

La idea de la inmortalidad surge en el ser humano por diversas razones, tales como el factor emocional o el afán de trascender. Ahora bien, si tuviéramos una autonomía mental, sería posible que conserváramos la memoria aun cuando la parte del cerebro que le corresponde se dañara, o bien, sería posible pensar sin que se registrara actividad cerebral, o enamorarse sin la correspondiente segregación de endorfina. Pero todo ello no es posible, pues padecemos una evidente dependencia en nuestras funciones con respecto a la actividad cerebral. Sin embargo, aun podemos imaginar separarnos del cuerpo perdiendo dichas funciones, ¿qué pasaría en tal caso? No podríamos pensar, ni sentir, ni siquiera recordar, lo cual sería desastroso. Al respecto, Hospers menciona que “Si yo no tuviera memoria, aun cuando fuera de una fracción de segundo a la siguiente, no existiría una entidad permanente, el yo. Habría un cuerpo, pero no identidad personal. La memoria es lo que conecta un estado momentáneo con otros estados momentáneos precedentes (...) ¿Qué significaría que una persona ha sobrevivido a la extinción tanto de su cuerpo como de su memoria? Ya no tiene un cuerpo, ni recuerda nada de su estado anterior; es difícil ver qué es lo que podría significar el que se dijera que continúa existiendo la misma persona...”.

Ahora bien, si a la muerte del cuerpo nuestra conciencia queda vacía: necesitaríamos de otro cuerpo para continuar existiendo, lo que provoca que seamos inmortales en tanto conservemos un cerebro determinado. Pero hasta que no logremos transferir las funciones mentales de un cuerpo a otro, o al menos de un cuerpo a una computadora muy sofisticada: continuaremos siendo mortales. Sobre este punto es importante aclarar que la reencarnación sólo sería posible precisamente si nos pudiéramos llevar las funciones mentales con nosotros, como tales funciones poseen una base estrictamente material, la única forma de reencarnación sería por medios electrónicos o fisicoquímicos.

SOBRENATURALIDAD

Otra vía para buscar la inmortalidad es a través de una condición sobrenatural, entendida como aquello que excede las leyes o límites naturales. Hemos visto que la mente o el yo no son inmateriales, por lo que no cabe sobrenaturalidad alguna, pues las funciones mentales son procesos cerebrales, por lo que no sobrepasan su naturaleza intrínseca. Ahora bien, si ya nos hemos planteado el problema de la inmortalidad y la explicamos a través de la sobrenaturalidad, lo único que hacemos es generar dos problemas en lugar de uno (la inmortalidad y la sobrenaturalidad). Y debido a la estricta dependencia de las funciones mentales con el cerebro, no es posible hallar dicha sobrenaturalidad dentro de nuestro organismo. Además, para poner en duda la autosuficiencia de la complejidad humana en tanto perteneciente a las leyes y límites de la naturaleza, es preciso conocer a fondo tales leyes, por lo que es preferible enfocarse en desarrollar integralmente los estudios psicológicos, psiquiátricos y antropológicos, entre otros, que apostar por opciones poco fundamentadas, por lo que es más prudente centrarse en la complejidad biopsicosocial del hombre que aventurarse a inventar una presuntuosa sobrenaturalidad. Además, si le atribuimos una categoría sobrenatural a los procesos mentales, estaríamos igualmente autorizados a atribuirle dicha cualidad a cualquier propiedad emergente. Así por ejemplo los compuestos químicos tendrían un “alma” con respecto a los físicos, lo cual no es digno de considerarse.

Finalmente, el hecho de asumir que poseemos un alma inmortal conlleva a suponer que nuestro cuerpo es un mero depositario efímero de nuestro ser, lo que genera que nos sintamos ajenos a nuestro organismo. Esta negación de nuestra naturaleza biológica puede derivar en un repudio a nuestra sexualidad o, como propone Marx, en una cosificación. Es decir, que entendamos nuestro cuerpo como una mera cosa, como una carga o como un cúmulo de tentaciones y no como parte constitutiva de nuestra naturaleza humana.

CONCLUSIÓN

Hemos visto que la mente y el yo, donde se incluyen el alma y el espíritu: son meras ideas que nos permiten entender nuestra singularidad, también vimos que la inmortalidad sólo es posible mediante la tecnología y que la idea de lo sobrenatural genera más problemas de los que pretende solucionar. Sin embargo, el objetivo de demostrar la mortalidad del humano no es otro que situarlo en su realidad, pues al dejar de creer en una vida después de la muerte podemos revalorar nuestra propia humanidad y, como postula Schiller, no buscar una permanencia de la existencia en su simplicidad, sino reafirmar la existencia presente mediante el desarrollo de las capacidades humanas, y en todo caso buscar la inmortalidad metafórica, es decir, no con la permanencia del yo, sino con la trascendencia artística, científica y filosófica, entre muchas otras.

BIBLIOGRAFÍA

Introducción al Análisis Filosófico, por John Hospers

Cartas sobre la Educación Estética del Hombre, por Schiller

El cerebro y el mito del yo, por Rodolfo Llinás.

Materialismo y Ciencia, por Mario Bunge

Tratado de la Naturaleza Humana, por Hume.

Manuscritos económico-filosóficos, por Karl Marx


lunes, diciembre 15, 2008

Reyertas 16: Cuentos de crisis y ameros

Semanas atrás una antigua amistad me preguntaba mi opinión sobre la cuestión del Amero. No fue una producto de la espontánea ocurrencia de mi amiga, en realidad su temor está más que fundado. Hace más de un año circula en Internet un video de un supuesto periodista, quién presume objetividad, advirtiendo al pueblo norteamericano de la amenaza que significan los tratados secretos de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), una actualización del TLCAN. La advertencia periodística del reconocido xenófobo Hal Turner se basa en el debilitamiento del dólar como dinero mundial, la acelerada expansión del mercado de valores y la discreción con la cual se ha manejado la información en torno al ASPAN. Pero lo planteado por Turner busca alimentar el rencor de los estadounidenses WASP (Blanco Anglosajón Protestante) en contra de todo aquello que no sea estadounidense: un nacionalismo chauvinista, sectario, estrecho e intolerante. Sin embargo, el punto se torna confuso e incluso peligroso cuando académicos respetados de la talla de Alfredo Jalife-Rahme toman como irrefutable la explicación de Turner y la presentan como sí fuese una realidad inevitable.

Antes que nada el dinero, desde la perspectiva materialista, es una mercancía especial, carece de valor por sí mismo, permitiéndole convertirse en una mercancía clave de la economía porque asume el valor de las mercancías que se hallan en circulación al mismo tiempo. Es decir, la masa monetaria tendrá el mismo valor siempre que las mercancías en circulación. No obstante, el crédito distorsiona la circulación al mismo tiempo que genera otras mercancías (que satisfacen necesidades subjetivas) con lo cuál la distorsión va haciéndose mayor, y peor cuando se presentan estos fenómenos a gran escala. Así, entre más crezca la desproporción entre cantidad de dinero circulante en comparación con las mercancías, la inflación también. Pero resulta que en el capitalismo actual, posmoderno según ciertos autores o hipermoderno según otros, los mercados financieros no solamente tratan de realizar ganancias apoyándose en el valor de los productos que circulan o que circularán en cuanto esté terminada la producción en proceso; de lo que se trata es de apostar sobre el valor que tendrán las producciones enteras de varios años. De lo anterior se genera una contradicción entre el valor dinerario subjetivo de las acciones empresariales y el valor dinerario real de las producciones; su agudización se va haciendo más antagónica con el tiempo. En un momento dado, cuando la sobreproducción impide que el precio de las mercancías siga al alza, el antagonismo explota entre ambas tendencias del capital. Justamente para evitar ese efecto tan notoriamente nocivo e inevitable, los capitalistas han construido diversos instrumentos financieros mediante los cuales pretenden eliminar los riesgos. El neoliberalismo sabe de eso.

La primera traba que el neoliberalismo quitó para poder expandirse fue el patrón oro ($35 USD por onza) en 1971 cuándo EU se desligó del pacto de Bretton-Woods. El dólar dejó de ser un intermediario para convertirse en un mediador directo entre las mercancías circulantes y sus realizadores. Pero tal movimiento trajo consigo un mal que ni siquiera Milton Friedman quiso comprender, mucho menos Alan Greenspan pudo; la transformación del dólar estadounidense como dinero mundial debía apoyarse en algo; ese algo fue la propia producción estadounidense.

Por desgracia, la planta productiva norteamericana enfrentaba la necesidad de recurrir a la dislocación de sus empresas (es decir, trasladar algunos procesos a otras regiones del mundo) para reimpulsar la tasa de ganancia. Conforme la expansión de las marcas estadounidenses se manifestaba alrededor de todo el mundo, fue necesario incrementar el tamaño del sector financiero, pero específicamente de aquél que manejaba un valor dinerario subjetivo. Para finales de los años noventa del siglo XX, las últimas trabas para el crecimiento sin medida del sector financiero fueron eliminadas con la abolición de la Glass-Steagall Act, que prevenía actos de especulación.

Las condiciones arriba descritas son las que han dado el principal argumento tanto a Turner como a Jalife-Rahme para proclamar la verdad inevitable del Amero. Pues, para mantener el crecimiento de dicho sector financiero se requiere de inyectar constantemente a la economía norteamericana grandes cantidades de mercancías y de dinero, por ello, en la década en curso la balanza comercial de Estados Unidos (diferencial entre importaciones y exportaciones) ha tenido incrementos constante que superan por mucho el déficit de 3% que los organismos financieros internacionales le recomiendan al resto del mundo. En 2001, el déficit estadounidense equivalía al 3.8% del PIB, mientras que para 2006 se alcanzó el techo de 5.98%. Colateralmente, el efecto de esa política comercial ha ido debilitando al dólar frente a otras monedas de amplia circulación internacional, máxime que la gran mayoría de los instrumentos financieros en todo el planeta se comercian en dólares norteamericanos. Por estas razones no es descabellado decir que el dólar se ha convertido en una moneda chatarra. Para evitar que tal situación siguiese sería muy útil que las instancias monetarias estadounidenses realizasen una reforma monetaria. Aquí es donde entra el cuento del Amero que en efecto existe como propuesta y no es tan nueva sino que data de 1999 cuando un par de institutos canadienses (C.D. Howe Institute y Fraser Institute) propusieron la creación de la Unión Monetaria de América del Norte, hasta ahora la idea no ha prosperado no solamente por los tecnicismos (el cambiar dólares por ameros a razón de 1 a 1 sólo cambiaría la denominación en los papeles legales) sino principalmente por razones económico-sociales reales.

Para los Estados Unidos no representaría un cambio, en primera instancia, el denominar distinto su divisa, como desde la teoría de la conspiración lo pretende el señor Turner, sino a mediano y largo plazo. Como señalamos arriba, la masa monetaria circulante tiene el mismo valor que las mercancías en circulación (por eso resulta inútil la ley de la oferta y la ganancia para fijar los precios), esas grandes asimetrías entre la economía canadiense con la estadounidense y todavía más las de la mexicana con la segunda son las que resultarían inconvenientes para el mercado gringo, pues mientras sus mecanismos de circulación son más eficientes que los de sus socios comerciales, la tasa de ganancia se reduce con dicha eficiencia. Instaurar una moneda común para las tres naciones implicaría, políticamente, la apropiación que el socio mayor haría de la producción de las tres naciones; con ello iría de tras la necesidad de homogeneizar las condiciones económicas a la brevedad, lo cual ahondaría la deslocalización del aparato productivo estadounidense en pro de abatir el valor de la fuerza de trabajo.

Pero para qué correr el riesgo de cargar con la responsabilidad de impulsar la construcción del mercado interno de los socios comerciales (obviamente a cambio de su sometimiento absoluto), cuando puede sometérseles absolutamente sin cargar con la responsabilidad de fortalecerles su mercado interno (aunque fuese integrado al de EU) y con tasas de ganancia muy superiores gracias a las benditas trabas en la circulación de mercancías.

Precisamente uno de los mecanismos mediante los cuales el imperialismo ejerce plenamente su hegemonía sobre las neocolonias es la exportación de capitales. Por un lado, los capitalistas imperialistas directamente o en alianza con capitalistas locales se van apropiando de los sectores clave de un mercado interno, en este caso del mercado monetario. En unos cuantos años, la banca extranjera se adueño del 90% del sistema de pagos mediante la inversión de sumas irrisorias. Durante este tiempo el crédito para la producción industrial o agrícola ha sido escaso, pero para el consumo reproductivo no ha tenido límites, prueba de ello es el crecimiento de la morosidad en tarjetas de crédito e hipotecas. Pero aún sin cumplir la arriesgada función de solventar la estructuración de un mercado interno, la banca se las ha arreglado para tener las ganancias más altas posibles, incluso cuando sus casas matrices sufren pérdidas históricas. Tales ganancias en suelo mexicano han permitido que bancos como Citigroup tengan la solvencia para seguir existiendo, no solamente con el trasladar recursos monetarios de su sucursal en México, Banamex, a su matriz en Estados Unidos sino también obteniendo un extra con la venta de porciones accionarias a otros capitalistas. Así, el dinero utilizado por Carlos Slim para comprar el 1% de Banamex será exportado hacia EU. Por cierto, que dado el escandaloso descubrimiento del fraude mediante el cuál Bernard Madoff embaucó a varios bancos, las posibilidades de que las matrices extraigan dinero mexicano para subsistir, mientras relegan a México su deterioro financiero, no son remotas y podrían conjuntarse con la insolvencia generalizada de los deudores. Por el momento la unificación monetaria es una utopia hasta para los capitalistas, pero el riesgo contra los trabajadores y demás clases subsumidas es mayor con la crisis en puerta que con la amenaza del Amero, de aquí la necesidad de destruir los mecanismos que ponderan el valor dinerario subjetivo, no es casual que los capitalistas se rasquen las vestiduras cuando se les hable de la posibilidad de someter a plebiscito la política monetaria del Banco de México. Ni la muerte ni la derrota son opciones, ¡NECESARIO ES VENCER!

lunes, diciembre 08, 2008

Reyertas 15: Guerra contra fantasmas

A la memoria de Othón Salazar, nuestro predicador rojo

Casi de forma simultanea, mientras los trabajadores mexicanos realizan las exequias del predicador rojo, es decir de Othón Salazar, al gobierno le vale un comino cualquier luto o apariencia que guardar y se ha lanzado en forma inquisitoria contra cualquier expresión que agite a los trabajadores contra el capitalismo. Son días de crisis y a ningún empresario le conviene que sus trabajadores tomen nota que la situación económica no es un simple asunto de corrupción displicencia o incapacidad de un burócrata que despacha en oficinas federales, estatales o municipales.

En las últimas semanas han proliferado en los medios noticiosos las denuncias en torno a represión de los patrones hacia la fuerza laboral. Por el impacto político y/o el relevante lugar en el mercado interno que tienen los sectores económicos a los cuales pertenecen las organizaciones obreras afectadas, resaltan tres casos específicos, aunque no son los únicos. El primero al que nos referiremos es el despido y hostigamiento del cuál han venido siendo objeto los técnicos y profesionistas de PEMEX que decidieron organizarse en un sindicato independiente al dirigido por el charro Carlos Romero Deschamps. Como señalamos en la entrega del pasado 24 de noviembre; los trabajadores que pertenecían al Comité directivo de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas de PEMEX (UNTYPP) fueron despedidos, mediante el uso de cuerpos represivos, de sus plazas laborales. Desde entonces, a la fecha, la hostilidad ha venido in crescendo, pues para evitar que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) otorgue la toma de nota al sindicato petrolero, se ha obligado a varios agremiados, mediante amenazas, a desistirse de su afiliación a la UNTYPP; tal como lo denunció el abogado del gremio, el abogado Arturo Alcalde Justiniani, en su colaboración “El exterminio como política laboral” del sábado 6 de diciembre en el diario La Jornada. Es cierto que el grupo compacto que encabeza a la UNTYPP no son personajes que se hayan caracterizado por su gran capacidad política, ni por su madurez, ni siquiera asumen una posición de clase; es más, ese grupo es el que se apoderó del control orgánico de la Asociación Civil Unión Nacional de Trabajadores de Confianza de la Industria Petrolera (UNTCIP) y que prefirió bloquear el avance de las demandas en contra de los Contratos de Servicios Múltiples (CSM) porque mezquinamente calculaban que eso podía disminuir su poder sobre la UNTCIP; además ese grupo se ha agazapado en las demandas inmediatas, alentando el corporativismo, en lugar de salir a dar la batalla ideológica en el momento decisivo en torno a la reforma petrolera. No obstante, también es cierto que durante décadas la famosa categoría de “trabajadores de confianza” ha sido empleada por PEMEX para ningunear a la fuerza de trabajo altamente calificada que ni es realmente parte de las estructuras que dirigen la empresa ni es un trabajador medio de la empresa. Bajo esos presupuestos los técnicos y profesionistas han quedado indefensos en la posibilidad de mantener prestaciones laborales o la seguridad de que podrán mantener su trabajo. El propio sindicato de Romero Deschamps ha sido cómplice en tal atropello. Por eso es indispensable para la clase obrera que la UNTYPP logre su registro sindical, aunque quedaría por hacerlo todo, comenzando por erradicar de la soberbia cabecita de los técnicos y profesionistas que están del resto de los trabajadores.

El segundo caso es el del sindicato minero, primero a finales de noviembre se descubrió que las cuentas del sindicato han venido siendo congeladas con el pleno objetivo de ahogar la emblemática huelga de Cananea. Posteriormente, los días 4 y 5 de diciembre fueron aprehendidos dos de los principales integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, incluyendo a Carlos Pavón, quién a fungido como el principal representante sindical tras el exilio de Napito. Aquí el gobierno federal se escuda de manera bastante hábil en la conocida reputación de Gómez Urrutia como un dirigente caciquil, demagogo y corrupto, bajo ese parapeto lo que está consiguiendo es favorecer los intereses de los capitalistas que buscan reducir costos en fuerza de trabajo. Al respecto cabe recordar que según los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el salario promedio de los trabajadores mineros es el mayor en comparación con los promedios de otras ramas económicas. Mientras la media nacional era en 2007 de $4,716.3 mensuales, la fuerza de trabajo empleada en explotación de minas y canteras durante el mismo año promediaba $10,010.3 mensuales; salta a la vista muy pronto el motivo por el cuál Germán Larrea, dueño del Grupo México, es tenaz en su intento por derrotar al sindicato minero, y por su parte, el gobierno federal le ha hecho el favor de ir desarticulando poco a poco al sindicato mediante la creación de pequeños sindicatos opositores. Como se verá el asunto es mucho más complejo y tortuoso de lo que los medios muestran. Napito sin duda es alguien que carece de la autoridad moral para encabezar a los trabajadores, pero los encabeza en el gremio minero. El corporativismo del sindicato minero puede causarnos nauseas, pero su existencia como ente organizador ha permitido que se mantengan las conquistas de los mineros hasta cierto punto. El sindicato podrá no ser revolucionario, pero es preferible tener mineros con trabajo que revolucionarios muertos por el hambre en las zonas mineras, a los primeros se les puede concientizar para que reconstruyan su Sindicato como un ente revolucionario, a los segundos no se les podrá revivir para que sigan el caminos de la digna resistencia rebelde. Valga la pena añadir aquí, que las posiciones maximalistas que ha sostenido el EZLN en torno al problema del sindicato minero, tachando de colaboracionistas a todas las organizaciones que le han expresado su apoyo en contra de los atropellos del gobierno federal y de los empresarios, no hace más que colaborar con la política de la burguesía en contra de los trabajadores. De manera ingenua, sin dolo; el neozapatismo y sus fanáticos no han hecho más que colaborar con los opresores. Sus valoraciones superficiales y sectarias los han puesto del lado del capitalismo en este asunto, no de los trabajadores; del lado de la dictadura de la burguesía, no de la liberación de las clases subsumidas.

El tercer caso que muestra la nueva ofensiva contra los trabajadores, es la represión que se ha desatado contra los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que se rebelaron contra la aplicación del Acuerdo por la Calidad de la Educación (ACE), principalmente en Morelos donde las acciones de protesta fueron más notorias: hasta ahora se tiene noticia que, hasta el momento, han sido despedidos 60 profesores, la cifra probablemente siga creciendo, por haber participado en el paro de labores, y eso gracias a la denuncia que hicieron los propios profesores morelenses el pasado 5 de diciembre. Pero la represión también ha alcanzado a profesores de otras seccionales del país, por el momento baste referirse a los de la sección 22 de Oaxaca, que justamente en la madrugada de este 8 de diciembre sufrieron la violencia de la policía federal contra el proyecto Casa Autónoma Solidaria Oaxaqueña de Trabajo Autogestivo (CASOTA) que surgió a raíz de la rebelión que en 2006 la APPO y que ha sido un apoyo para las luchas magisteriales desde entonces.

Estos tres botones de muestra revelan dos cosas fundamentales en la lucha de clases y nos esbozan un primer paso que los revolucionarios necesitamos construir. La primera es que con su acción la propia burguesía refuta definitivamente las tesis de sus grandes intelectuales, quienes ahora encarnados bajo el nombre del señor Jeremy Rifkin, ora bajo el de Andre Gorz, postulan el fin del trabajo: de la clase obrera. ¿Por qué los capitalistas se toman el fastidioso trabajo de reprimir algo que de todas maneras ya acabó o cuando menos está en irremediable extinción? La segunda, los capitalistas, al reconocer la existencia que el fantasma del proletariado que tanto le aterra no es un fantasma, revelan que saben bien cuán peligroso es: como a ninguna otra clase o sector social le ponen obstáculos para que se organice y concientice. Que los indígenas tengan los municipios autónomos que puedan, que los estudiantes marchen cuanto quieran, que los campesinos protesten cuanto les de la gana. Pero sí los sindicatos toman en serios eso de la lucha: represión ejemplar. Ese fantasma no debe darse cuenta que es de carne y hueso. Así, no nos quede duda, uno de los primeros pasos para avanzar hacia la revolución será el de defender la existencia de los sindicatos y la defensa de los derechos laborales, esa sí será una resistencia que a la larga valdrá la pena porque con sindicatos democráticos y revolucionarios el proletariado se pondrá en condiciones de tomar la ofensiva en beneficio de las clases subsumidas. Ni la muerte ni la derrota son opción ya, ¡NECESARIO ES VENCER!

miércoles, diciembre 03, 2008

Problemas fundamentales del universo. Análisis filosófico del conocimiento, dios, el alma, el universo, la nada y la libertad, 08

EL NO SER
 Análisis filosófico de la idea de Dios
(Segunda y última parte)
Por: Sagandhimeo

FINALIDAD

Este argumento postula: De la finalidad que advertimos en la naturaleza, un ser inteligente que dirige el mundo hacia un fin: Dios. Tal argumento da por hecho que el mundo posee una finalidad intrínseca, y si bien como seres humanos tendemos a actuar mediante fines, los fenómenos naturales no proceden necesariamente de tal forma. Por ejemplo: se podría pensar que la finalidad de la lluvia es proveer de agua a las plantas, lo cual suena razonable, pero si consideramos que en nuestro planeta llovió en un periodo de más de mil millones de años antes de que los seres vivos existieran, dicha finalidad pierde sentido; y más aún cuando nos enteramos que la precipitación de líquidos ocurre en otros planetas en los que no existe la vida. Por tanto, no podemos postular una finalidad necesaria en la naturaleza, por lo que resulta innecesario un ser inteligente que dirija al mundo. Y en todo caso la supuesta finalidad de la naturaleza sólo demostraría un ente “organizador”, pero de ningún modo sustentador o perfecto. Cabe mencionar que Kant trató de fundamentar la existencia de Dios por medio de la razón práctica, pero tomó su base de una supuesta finalidad en la naturaleza, por lo que quedó implícitamente refutado en este parágrafo.

PERFECCIÓN

A este argumento se le suele llamar el argumento ontológico, que fue formulado por San Anselmo y retomado por Santo Tomás, Descartes y Spinoza:

La existencia es necesaria para que haya una completa perfección. Y puesto que Dios es absolutamente perfecto, debe existir, si no es así, carecería de la perfección completa. Este argumento lo refuta Hospers de la siguiente forma: “si el argumento ontológico fuese válido, podríamos demostrar la existencia de una isla perfecta de la siguiente manera. Yo imagino una isla perfecta, podemos argüir, usted ve que es realmente perfecta, pero no lo sería si no existiera. Si no existiera sería menos perfecta que si existiera; la existencia como ve usted es una condición necesaria para la perfección. Por tanto, esta isla perfecta debe existir. Lo mismo podríamos demostrar la existencia de un automóvil perfecto, de una hoja de afeitar perfecta, de un sistema de impuestos perfecto, etc.”

Otra versión de tal argumento es el siguiente: Existen cosas más bellas y más buenas que otras, es decir, unas con más cualidades y otras con más defectos, pero debe haber algo infinitamente perfecto que proporcione las cualidades a las cosas: Dios. Esta postura es refutable de esta forma: tenemos la capacidad de analizar nuestro entorno y juzgarlo, además poseemos una habilidad para aplicar categorías a los objetos, es decir, evaluamos que algo es bello o bueno o grande o alto en la medida que conocemos objetos que no tienen dicha cualidad, en otras palabras, si todo fuera igualmente bello o bueno o justo, no podríamos compararlo con nada y no sabríamos si posee dichas cualidades; inclusive no podemos determinar que el universo es perfecto, pues no poseemos otro universo para compararlo y si lo comparamos con un defecto dentro del universo ya sería en sí mismo imperfecto, por lo mismo no puede existir nada perfecto en sí mismo, es sólo nuestra tendencia a idealizar los atributos.

En una tercera vía, retomando el concepto que dimos en el apartado de la definición, la perfección consiste en poseer todas las cualidades y ningún defecto. Ahora bien, si es Dios mismo el que determina tales cualidades es algo que no podemos saber, por lo que correríamos el riesgo de creer en algo que no fuera perfecto, y si nosotros somos los que determinamos dichas cualidades, necesitaríamos un criterio perfecto para determinar la idea de perfección, lo cual nos mete en una petición de principio, por lo cual es imposible saber si algo es perfecto y cómo es lo perfecto.

Retomando la definición que otorgamos a Dios al inicio de este escrito, el sustento puede entenderse como causa y necesidad (pues vimos que la finalidad no implica sustentación), y la definición de perfección se consideró explícitamente. Todo lo cual ya ha quedado refutado, pues el politeísmo y el monoteísmo resultaron absurdos en sí mismos y el deísmo trató de fundamentarse en la necesidad, la cual al ser refutada descendió a la mera contingencia y como Dios no puede ser contingente porque sería un ente como cualquier otro, también quedó impugnado. Por lo que el concepto de Dios es absurdo y contingente.

PANTEÍSMO

Acabamos de ver que no es posible fundamentar la existencia de Dios por medio de la razón, por tanto, sólo nos queda formular la existencia de Dios como la naturaleza misma, y es así como surge el panteísmo: la postura que propone que Dios no es más que la suma de cuanto existe o el orden de cuanto existe, es decir, que Dios es inmanente a la naturaleza y no es trascendente a ella. El panteísmo puede entenderse de dos formas: si se postula que la naturaleza (Dios) constituye la suma de cuanto existe, se cae en el error de atribuir a Dios la característica de la extensión (espacio físico) y como ya dijimos que Dios posee todas las cualidades al infinito: toda la materia existente tendría que ser parte de él. Dicha postura comete el error de tomar la extensión como una cualidad, siendo que sólo es una característica y no necesariamente un elemento perfectible, es decir, lo más grande (en términos físicos) no es necesariamente lo mejor, por lo que Dios puede ser perfecto sin disfrutar de un cuerpo físico (o de todos ellos). La segunda postura consiste en entender por naturaleza (Dios) el orden de lo existente, lo que hacemos al llamarle Dios a la naturaleza es aplicarle un nombre innecesario que no la representa, pues si ya poseemos un concepto suficientemente claro como es la naturaleza para nombrar el orden de las cosas, insertar el nombre de Dios como sinónimo es innecesario e injustificado (así como también lo es llamar Dios al universo como se pretendía unas líneas arriba). Por ejemplo: en la actualidad es inusual utilizar una carroza para transportarse, ahora se usa el automóvil, quien se empeñe en llamar carroza al automóvil no sólo estará llamando incorrectamente al automóvil, sino que causará confusión a quien lo oiga, por lo que debemos procurar llamar a las cosas por su nombre.

AGNOSTICISMO

Hasta aquí parece ser que el concepto de Dios ha sido totalmente refutado, pero aún queda una postura: “yo no niego que hasta el momento haya impugnado todas las pruebas con las que se ha encontrado, y que el concepto de Dios no tenga congruencia lógica mediante su análisis, pero siempre habrá nuevas pruebas de su existencia, por lo que yo prefiero no negar ni afirmar tal existencia, sino postular que no poseemos la capacidad de validar o invalidar la existencia de Dios, de modo que me mantengo indiferente”. Tal argumentación es refutable de la siguiente forma: para poder tomar en serio un argumento, primeramente se necesita analizar su posibilidad existencial. Todo es empíricamente posible en tanto haya probabilidades de que exista en la experiencia, por ejemplo, los unicornios no existen en la realidad, pero cabe la posibilidad de que un grupo de caballos se aíslen durante miles de años y desarrollen un cuerno como producto de cierta adaptación al medio. Por otra parte, dentro del ámbito lógico todo es posible en tanto sea pensable, aun cuando jamás pueda existir, por ejemplo: un unicornio es lógicamente posible, en tanto pueda imaginarse, aunque llegara a ser empíricamente imposible; de la misma forma si Dios fuera empíricamente posible la postura del agnóstico sería razonable, pero hemos demostrado que Dios ni siquiera es lógicamente posible, es decir, con el unicornio basta con imaginar un caballo con un cuerno en la cabeza, pero con Dios esto es inadmisible, pues a lo largo de este escrito se ha demostrado que no es viable encontrar congruencia lógica en el concepto de dios, por lo que es inimaginable. Por tanto, uno no se puede mantener al margen de la existencia de algo que carece de sentido, de la misma forma que no se pone en duda la inexistencia de un círculo cuadrado, dentro de la geometría euclidiana.

EN RELACIÓN CON LA HISTORIA

El orden que se llevó a cabo en esta obra obedece a dos razones: que permitió refutar la existencia de dios secuencialmente y que dicho orden coincide en cierta proporción con la evolución histórica del pensamiento humano. Con esto me refiero a que el politeísmo predominó en la prehistoria y en la edad antigua, el monoteísmo en la edad media, el deísmo imperó en los círculos intelectuales en la Francia y en la Inglaterra del siglo XVIII con Toland, Tindal, Voltaire, Rousseau y algunos otros; el panteísmo prevaleció en Alemania, a inicios del siglo XIX con el idealismo alemán y particularmente con Goethe, Fitche, Schelling y Hegel; el agnosticismo fue promovido por Henry Huxley a mediados del siglo XIX, y el ateísmo tuvo su cumbre ideológica con Feuerbach, Marx y Engels en Alemania a finales del mismo siglo.

CONCLUSIÓN

En resumen, lo que se logró postular en esta obra es lo siguiente:

*Dios no existe, pues no hay nada en la existencia real que pueda corresponder con tal idea, debido a que el concepto de Dios es absurdo o contingente.

*Si existiera, no podríamos conocerlo, dado que es inimaginable e innecesario.

*Si lo conociéramos, no podría influir en nuestras vidas, en tanto que su supuesta perfección no permite la interacción personalizada.

Sin embargo, no podemos concluir que no existen seres superiores a los seres humanos, pues el universo es demasiado complejo para afirmar esto, pero sí podemos afirmar que cualquier ente superior que exista no puede ser identificado con la deidad, en tanto que la idea de Dios no disfruta de congruencia lógica.

 

BIBLIOGRAFÍA

Introducción al Análisis Filosófico, por John Hospers

Crítica de la Razón Práctica, por Immanuel Kant

Ética, por Baruch de Spinoza

Suma Teológica, por Santo Tomás de Aquino