lunes, agosto 31, 2009

Reyertas 53: ¿De qué nos tienen que informar?

Con el título de la presente entrega no pretendo despreciar el ejercicio de la rendición de cuentas de los personajes encargados de conducir por el mejor rumbo posible a toda la estructura social. Por el contrario, la construcción del socialismo realmente funcional, científico y democrático, requiere de un mejor desarrollo de las funciones participativas de la sociedad, lo cual incluye la rendición de cuentas de los encargados de la ejecución de la política. No es posible juzgar como positiva o negativa la línea de acción de un gobierno si antes no se conoce la información específica que dio sustento a tal o cual decisión. Por eso es que a los trabajadores nos conviene tener claridad sobre la forma en la cual actúa el gobierno en turno.

Sin embargo, el tercer informe de gobierno de Felipe I (el espurio) está plagado de circunstancias que en lugar de representar avances en la construcción de una democracia más profunda en México, no hacen otra cosa que reducirla aún más. Pasando por alto el sainete protocolario que se ha desatado en días recientes, lo cuál demuestra el profundo desprecio que Felipe el breve tiene hacia el Congreso de la Unión, ¿cuáles son los verdaderos avances sobre los que Calderón puede presumir? ¿Con qué cara le puede decir a los mexicanos que el gobierno federal se ha esforzado en hacer que la situación sea un poco mejor que la del año anterior, cuando presentó su Segundo Informe de gobierno?

Justamente en el primer número de Reyertas (Reyertas 1: El segundo informe de un iluminado o los riesgos de ceder el campo) hice hincapié en que la dichosa estrategia de combate frontal al narcotráfico y a la delincuencia organizada, no era más que una artimaña para ganarse la legitimidad que perdió su gobierno al emanar de un Golpe de Estado disfrazado de legalidad institucional. Lo interesante es que la utilización mediática de la guerra frontal contra el crimen organizado ha conseguido presentar a Felipillo I como un presidente preocupado por resolver los principales problemas de los mexicanos. Pero, yendo más a fondo en el análisis es posible percatarse que tal idea no es precisamente lo más cierta. Cuando se leen las noticias referentes a los operativos contra el crimen organizado o se habla directamente con policías y militares que han participado en ellos, se descubre que la planeación que haga efectivos tales acciones brilla por su ausencia. Ya no se diga que se omite el trabajo de inteligencia que permita desarticular las redes de lavado de dinero, el contrabando de armas o el trabajo legislativo para despenalizar algunas sustancias (lo cuál limitaría el negocio) o el establecimiento de un programa fuerte para la rehabilitación de miles de personas que padecen algún tipo de adicción hacia estupefacientes (sean legales o ilegales). Sino que hasta del más mínimo trabajo de inteligencia que le permita hasta salvaguardar la existencia de los propios efectivos de las policías y militares que participan en los operativos anti-narcotráfico.

Menos se ha combatido la estrecha colaboración que existe entre las bandas criminales y las fuerzas policíacas, las armadas y los funcionarios públicos de todos los niveles. Valga como ejemplo el caso reportado por el diario El Siglo de Durango el 14 de abril de 2008, en que un grupo de policías de la Agencia Federal de Investigación (AFI) pasó la noche conviviendo con un grupo de narcotraficantes en un domicilio de la colonia José Revueltas de la ciudad de Durango, la “fiestecita” terminó mal, pues en un momento dado comenzó un tiroteo entre el grupo de la AFI y los traficantes que terminó con un muerto y tres heridos. En declaraciones posteriores, el joven agente de la corporación policiaca, Juan Carlos Gallegos quién fue herido en el lugar, reconoció que los mandos superiores los enviaron sin tener ni darles idea alguna sobre la situación a la que se iban a enfrentar, él junto a sus compañero tenía unos cuantos días de haber sido enviado a la ciudad de Durango después de haber estado asignado por una larga temporada al estado de Oaxaca. La situación en torno al tiroteo en Durango en abril de 2008 no es un caso aislado sino que ha sido una constante durante el presente gobierno. A tal grado llegó el escándalo por la desorganización en el famoso combate al narcotráfico que a finales del mayo del presente año la AFI fue formalmente absorbida por la Policía Federal (PF). Lo cual no ha detenido los escándalos en la incapacidad del gobierno por contener el avance de los grupos de crimen organizado.

Por el otro lado, la otra gran medida que el gobierno de Felipillo I pretende presumir en su Tercer Informe de Gobierno es la contención del impacto en México de la crisis económica mundial. Durante todo el año que ha transcurrido de uno a otro informe, los funcionarios del gabinete calderonista no han hecho otra cosa que remarcar que la crisis vino de afuera, que no es responsabilidad suya. ¡Vaya forma de gobernar responsablemente es esa en la que se siguen las enseñanzas de Poncio Pilatos! En nueve años de gobiernos panistas no se ha realizado ninguna reforma económica seria a la política económica del país, ni Francisco Gil Díaz ni Agustín Casterns han sido capaces de tocar los intereses de los grandes capitales monopolistas que funcionan en México, han hecho todo lo posible por eludir la responsabilidad de implementar una reforma fiscal que les obligue a pagar impuestos de forma más equitativa para el país. Ni Luis Ernesto Derbez ni Fernando Canales Clariond ni Sergio García de Alba ni Eduardo Sojo ni Gerardo Ruiz Mateos (¿alguien lo ha visto por algún lado?) se han distinguido por ser fervientes promotores de una política económica que le dé prioridad al desarrollo de las fuerzas productivas en el mercado interno, es más ni siquiera han sido capaces de diversificar el comercio exterior; la gran mayoría sigue enfocado hacia las necesidades del mercado estadounidense. En ese sentido, los gobiernos emanados del PAN no se han distinguido de sus antecesores surgidos del PRI.

Para colmo de males, el famoso programa para contener la crisis que Calderón anunció con bombo y platillo el pasado 7 de enero, el Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo para Vivir Mejor, que comenté en la entrega de Reyertas 20: ¿Cuál plan anticrisis?, cuyo eje fundamental para echar a andar la economía estaba en el desarrollo de la infraestructura, ya padece de importantes recortes en su presupuesto. Que en otras palabras significará la reducción de obras y, por tanto, la disminución de empleos comenzando por el sector de la construcción.

Este es, en síntesis el país sobre el cuál Felipillo I (el católico) va a informar este 1° de septiembre. Además de eso, todavía tiene que tomar en cuenta que la segunda parte de su sexenio será bastante complicada dado que el Congreso tendrá una mayoría opositora en que la alianza entre el PRI y los Verdes le complicarán la vida. No tanto porque su programa político sea distinto al del PAN, sino porque en las luchas cupulares por el poder, esta alianza está dispuesta a hacer cualquier cosa por desgastar (más) al gobierno panista pero sin generar las condiciones de descomposición social que le hagan ingobernable el país en el supuesto de que ganen la elección presidencial de 2012.

Por desgracia, el golpe que la sociedad mexicana ha recibido con la propagación de la crisis económica, que la incapacidad del gobierno para prever escenarios hizo posible, ha dejado la capacidad de organización y movilización bastante disminuidas. Muchos de los trabajadores han sido colocados en condiciones de primero preocuparse por la sobrevivencia inmediata y de posponer las preocupaciones por el futuro. En estas condiciones, de frente al Tercer Informe de Calderón la tarea que tenemos todos los revolucionarios es precisamente la de esclarecerle a los demás trabajadores la situación real del país, sin caer en fanatismos pero dejando claro en dónde están las mentiras que se promueven en los comerciales que el gobierno federal ha puesto al aire en Televisión, Radio e Internet. Ni la muerte ni la derrota son opciones: ¡NECESARIO ES VENCER!

domingo, agosto 30, 2009

Memoria proletaria 1: Sacco y Vanzetti

Siempre es un gran placer comenzar un nuevo espacio de comunicación, de relación entre el escritor y los lectores, entre el historiador y la sociedad. Es un gran reto el difundir puntos de vista sobre la historia que salgan del dominio de la forma tradicional o más bien oficialista de escribir, de difundir, los sucesos históricos. Pues no es secreto para nadie que la identidad de una sociedad, de un pueblo o de una nación se construye con base en el tipo de historia que se articula. Aun sin percatarse de ello, muchos historiadores que se dedican a abordar solamente los grandes momentos de la historia, aquellos que causaron el gran escándalo, y a los grandes personajes que sobresalieron en momentos cruciales, no hacen otra cosa que fortalecer las ideas sobre básicas sobre las que se elabora el discurso que fundamenta la hegemonía de la clase dominante.

Con lo anterior no quiero decir que se debe desechar todo el trabajo que se ha realizado para explicar los momentos cruciales de la humanidad, no habría peor manera de malinterpretar mis palabras que esa. A lo que me he referido es a que en las formas oficialistas, de todas las naciones capitalistas, el acento se ha hecho en esos sucesos para ocultar que solamente fueron posibles gracias a la acción coordinada y conjunta de muchas otras personas. Personas a las que en ocasiones se suele hacer referencia con genéricos como: pueblo, nación, sociedad, clase subsumida, proletariado, campesinos, artesanos; pero en todas se trata del sujeto colectivo que crea hace posible las condiciones para que las cosas ocurran. Y no solamente con su fuerza de trabajo, en muchas ocasiones con su propio ingenio, con su capacidad para afrontar la vida, generando y reproduciendo ideas, costumbres, hábitos que se transmiten de generación en generación. Pero también que funciona, de cierto modo, en sentido inverso; es decir, adaptándose con rapidez a los grandes cambios que se derivan de los momentos críticos.

Valga como ejemplo el pueblo francés, al cuál se le inmiscuyó como parte de la Revolución francesa solamente en la toma de la Bastilla. En el resto del proceso, tanto en los sucesos previos como posteriores, se suele hacer caso omiso de éste. Solamente habría que preguntarse: ¿quién generaba la producción agrícola que tan mal administraron Luis XV y Luis XVI?, ¿Quién creaba las condiciones de vida suficientes para que durante siglos los reyes franceses se lanzasen en sus aventuras bélicas contra Inglaterra, las que por cierto arruinaron a Francia y la condujeron al estado lamentable en que se hallaba justo antes de la toma de la Bastilla?, ¿Cuál fue el sujeto social que respaldó al primer cónsul, Napoleón Bonaparte, en la defensa de la revolución cuando todas las potencias europeas se lanzaron en guerras para exterminarla?

Con ese fin, a partir de ahora iniciamos esta serie mensual en que nos proponemos recordar algún suceso, algún momento de la historia dándole el enfoque de lo que han hecho los trabajadores, cómo influyó su acción. Pero también en recordar a los personajes y dirigentes que en momentos trascendentes supieron darlo todo por la causa de los trabajadores. Eso sí, sin caer en la idealización de éstos, como lo hacen los biógrafos de perspectiva capitalista, pues es fundamental que se sepa que los acontecimientos decisivos todo el tiempo son definidos por seres humanos reales, que tenían virtudes, pero también grandes defectos. Ahora bien, esta sección tiene como objetivo el aportar en la construcción de la identidad de la clase trabajadora, pues hasta ahora la que tiene está severamente contaminada por la que el desde el capitalismo le han inculcado por todos los medios. Para comenzar las aportaciones en tan ardua labor conviene recordar aquí aquellas palabras que se le adjudican a Napoleón Bonaparte, y que tanto pueden marcarnos el camino: “El que quiera hacer historia, primero que aprenda de ella”.

Ya para entrar en la materia de este mes: agosto. Es preciso recordar que el pasado domingo 23 se conmemoraron 82 años de la ejecución de dos trabajadores inmigrantes en el estado de Massachusetts, en el noreste de los Estados Unidos y al este de Nueva York, acusados por el asalto a la compañía Slater-Morrill Show Company en que también resultaron asesinados el pagador de la empresa Frederick Parmenter y el vigilante Alessandro Berardelli el día 15 de abril de 1920. Unas semanas después, el 5 de mayo del mismo año, fueron detenidos el zapatero Nicola Sacco y el vendedor de pescados Bartolomeo Vanzetti; ambos eran migrantes procedentes de Italia y militantes de la organización anarquista de Luigi Galleani.

Todo el proceso judicial estuvo plagado de irregularidades. Tanto el juez que llevó la causa, el señor Webster Thayer, como el gobernador de Massachusetts, Fuller, se empeñaron en mostrar a Sacco y Vanzetti como los responsables del robo y doble homicidio. Más tarde el juez de la Suprema Corte de Justicia, Oliver Wendell Holmes, quién para entonces ya se había hecho famoso por enviar a cientos de socialistas a la cárcel durante la Primera Guerra Mundial bajo el cargo de espionaje, se negó a conocer el caso de los dos inmigrantes. Con tal negativa las oportunidades de apelación se terminaron para Sacco y Vanzetti, no quedaba más que el indulto del gobernador, pero éste se negó sistemáticamente.

El caso tuvo amplia difusión en el mundo, la evidente injusticia que estaba por cometerse contra esos dos hombres generó movimientos multitudinarios, tanto en Estados Unidos como en América Latina, Europa y Sudáfrica se realizaron manifestaciones de trabajadores exigiendo la liberación de los dos inculpados. Así, el 23 de agosto de 1927 se realizaron manifestaciones en las ciudades de Boston, Nueva York, Chicago, San Francisco, Londres, París, Buenos Aires; pero también se registraron algunos altercados frente a las representaciones diplomáticas estadounidenses en Inglaterra y Alemania.

La presión internacional de los trabajadores no hizo mella en los deseos del gobernador Fuller y la ejecución de ambos se realizó aquella noche en la silla eléctrica.

El caso no fue un capricho o un error aislado del sistema judicial estadounidense, tal como lo afirmó correctamente el intelectual izquierdista, Howard Zinn, quién en su artículo Sacco y Vanzetti de 2002 apuntó:

Pero ser pobre no era el crimen principal de Sacco y Vanzetti. Ellos eran italianos, inmigrantes, y anarquistas. Habían pasado menos de dos años del final de la Primera Guerra Mundial. Ellos habían protestado contra la guerra. Se habían negado a ser reclutados. Ellos vieron la montaña de histeria contra los radicales y extranjeros, observaron las correrías llevadas a cabo por los agentes del Fiscal General Palmer en el Departamento de Justicia, que irrumpían en casas en la mitad de la noche sin garantías para las personas incomunicadas.

No se olvide que uno de los saldos que la Primera Guerra Mundial dejó fue el terror en los países capitalistas por el surgimiento de una experiencia revolucionaria como la Unión Soviética. Las principales naciones capitalistas que triunfaron en la Guerra aplicaron severas medidas de persecución contra los socialistas. En Inglaterra la censura dejó fuera del ambiente laboral a muchos profesionistas, gracias a la lista que George Orwell entregó al gobierno británico en la que denunciaba a los simpatizantes con el socialismo. Algo parecido pasó en EU en el medio del espectáculo, habría que recordar las inusuales trabas que durante años padecieron cineastas de la talla de Orson Welles y Charlie Chaplin. Pero a ras de la sociedad estadounidense el acoso no solamente fue laboral, sino que el aparato judicial fue más allá, al implementar la caza del rojo. Inclusive, un par de días antes de la aprehensión de Sacco y Vanzetti el cuerpo de Andrea Salcedo (3 de mayo de 1920) fue encontrado en la acera cerca del edificio de las oficinas del FBI en Park Row. El tipógrafo Salcedo, avecindado en Nueva York, simpatizaba con el anarquismo, al grado de participar en la misma organización que Sacco y Vanzetti, fue detenido ilegalmente por el FBI y retenido en una oficina del piso 14 del edificio de Park Row. La versión oficial fue que en un descuido de los guardias el secuestrado aprovechó para suicidarse al lanzarse por la ventana. Aunque nunca se esclareció el caso, la sospecha que más se fundamentó fue que Salcedo no se lanzó sino que fue lanzado por los policías. El dramaturgo italiano, Dario Fo, retomó el asunto para adaptarlo al contexto de la Italia de los años sesenta y llevarlo al teatro en la magnífica obra La muerte accidental de un anarquista.

Tiempo después, las sospechas que llevaron a mucha gente en varios países a exigir la liberación de Sacco y Vanzetti fue corroborada cuando en 1973 el gánster Frank “Busty” Morelli, integrante y hermano de la banda de Joe Morelli, confesó que fueron ellos quienes realizaron el asalto a la Slater-Morrill Show Company, incluyendo el doble homicidio.

El peso de las evidencias obligó a que el 23 de agosto de 1977 el gobernador del estado de Massachusetts, Michael Dukakis, aceptó públicamente que Sacco y Vanzetti habían sido tratados de forma injusta, llamando a limpiar sus nombres.

Sin embargo, es preciso reconocer que en gran medida, aunque en circunstancias completamente distintas, los motivos que condujeron a nuestro par de trabajadores a la silla eléctrica, permanecen vigentes al seno del imperialismo estadounidense. Eran trabajadores inmigrantes que hacían lo posible por ganarse la vida mediante su trabajo, su pensamiento no concebía como algo justo que siguieran existiendo las diferencias sociales generadas por el capitalismo, pertenecían a una minoría étnica que no era bien vista por la mayoría blanca anglosajona y protestante de los Estados Unidos. En la actualidad en el seno del imperialismo sigue presente la intolerancia hacia los trabajadores inmigrantes, la oposición al régimen capitalista y la intolerancia racial, de la que ahora son las principales víctimas los latinoamericanos y los musulmanes.

Estas son las razones por las cuales los trabajadores del mundo tenemos que mantener presente en la memoria la figura de personajes como Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti o Andrea Salcedo, pues se puede discrepar de las ideas anarquistas que promovían pero antes que nada fueron trabajadores migrantes como sigue habiendo muchos en el mundo (cada vez más). Esa identidad no solamente es válida para el interior de los Estados Unidos, también cuenta para Europa, Australia o Canadá, aquellas naciones que hoy requieren de una gran cantidad de mano de obra pero que reciben a esa fuerza laboral que les sirve para salir a flote económicamente de manera intolerante.

Por último, vale la pena retomar un poco de los elementos culturales que se han elaborado en torno a Sacco y Vanzetti, pues son útiles para la conformación de esa identidad de clase obrera que tanto nos hace falta como arma de lucha revolucionaria a los trabajadores de hoy en día. Al respecto vale la pena resaltar la pieza musical de Ennio Morricone Here’s to You que interpretó la cantante de folk Joan Baez.

También el homenaje que les realizaron los cantantes Francesco De Gregori y Giovanna Marini In Memoria di Sacco e Vanzetti.


lunes, agosto 24, 2009

Reyertas 52: Primer aniversario

Hoy se cumple un año desde que reiniciamos este esfuerzo bloguero que pretende aportar en la construcción de una consciencia revolucionaria. Es cierto que la trinchera del análisis es más bien algo modesto debido, a que incluso algunos de los que comulgamos con el ideario amplio de las izquierdas despreciamos esta parte. Existe la percepción de que ya los grandes maestros de la teoría revolucionario hicieron todas las aportaciones definitivas, lo que en consecuencia quiere decir que ya no es necesario trabajar más en ese rubro. Sin embargo, en más de una ocasión tales argumentos que abonan al dogmatismo, no son más que racionalizaciones que rayan en lo absurdo, se pretende con ellas justificar el pragmatismo e incluso el practicismo: cuando ya no importa el saber hacia dónde es necesario ir ni qué es necesario para ir en tal dirección, todo lo que importa es el hacer por el hacer mismo.

Hace un año retomamos este esfuerzo que iniciamos justamente a mediados de agosto de 2006, pero que por diversas circunstancias nada más fue posible publicar unos cuantos artículos. Ahora, el pequeño equipo que dedica tiempo y esfuerzo a mantener activo este blog mediante la elaboración de análisis sobre los sucesos cotidianos en la lucha de clases, así como los que hacemos reflexiones teóricas con mayor profundidad sobre problemas relacionados con la estructura filosófico-científico-social que delimitan las fronteras del capitalismo actual, es el que ha hecho posible que este espacio cibernético continúe con vida, gracias a elaboraciones que mantienen la mejor calidad posible.

Por ello, hay que reconocer, y agradecer, tanto a los compañeros que han invertido su tiempo en redactar artículos para su publicación en este espacio: Sagandhimeo, Doser, Circulo de Estudios de Marxismo Ortodoxo y Recalcitrante y Asaltante Rojo. Pero vaya todavía un mayor agradecimiento a quienes han dedicado algunos minutos de su tiempo a leer y/o comentar los textos que se han ido subiendo al internet a lo largo de este año. Con gusto y sinceridad esperamos que de algo les hayan servido los planteamientos que publicamos aquí.

Haciendo un breve comentario sobre este año que ha transcurrido, lo único que cabe afirmar es que ha sido bastante difícil. Los efectos derivados de la crisis que atraviesa el mundo, así como los sucesos que se han ido desdoblando ante nuestros ojos; han representado un verdadero reto para comprenderlos para desmenuzarlos y colocarlos en una exposición clara, precisa, sencilla, que al mismo tiempo se apegue a la realidad.

Por otro lado, claro que nos es preciso ir mejorando, perfeccionando el esfuerzo así que muy probablemente en los próximos días se vayan haciendo algunas pequeñas modificaciones a este blog. Muchas de ellas quizá graduales y otras sutiles, pero todas con el ánimo de hacer más accesible, más puntual y más útil un espacio de reflexión teórica que coadyuve a la transformación de la sociedad. No es fácil, y menos ahora que las condiciones mundiales se presentan como adversas, lo que hace más urgente tener claridad sobre lo que está aconteciendo, sin embargo es preciso intentarlo, desplegar esfuerzos como este. La efectividad de nuestras tareas depende de que éstas sean las tareas más adecuadas, eso solamente lo podremos saber en función de cuán claro se tengan las cosas.

Por eso reiteramos nuestro compromiso para continuar con este esfuerzo al tiempo que hacemos lo que esté a nuestro alcance para incrementar la organización de las clases subalternas en pos de una efectiva transformación de la sociedad. También hay que reiterar el agradecimiento a todos nuestros lectores que dedican algunos instantes de su vida para leernos.

A partir de aquí inicia el segundo año de este experimento de comunicación virtual, esperamos que mejorar cada vez para acercarnos al objetivo general de la transformación social. Así que insistimos en las palabras con que cerramos la presentación de este blog en aquél 24 de agosto de 2008: “Bienvenido sea todo aquél que quiera comentar algo sobre los temas aquí desarrollados, y ojala podamos encontrar un nuevo camino para comunicarnos, para hacer posible la ‘toma del cielo por asalto’. Teniendo presente en todo momento que no nos es posible optar por ‘patria o muerte’ porque para el proletariado internacional, ‘necesario es vencer’, no hay más.”

Ni la muerte ni la derrota son opciones: ¡NECESARIO ES VENCER!

lunes, agosto 17, 2009

Reyertas 51: De la UNASUR a la izquierda que América Latina requiere

Hace unos diez años el filósofo estadounidense Michael Hardt junto al filósofo italiano Antonio Negri, sentenciaron la muerte del viejo topo, imagen mediante la cual Karl Marx explicaba las oleadas revolucionarias del proletariado. Así como el topo pasa largas temporadas construyendo sus túneles, intercomunicados entre sí, y solamente sale a la superficie en momentos muy específicos de su vida; para Marx los trabajadores pasan una buena parte de su tiempo en la aparente calma, mientras están realizando de forma cotidiana el proceso laboral, la experiencia e información que requieren para iniciar una nueva oleada de movimientos obreros que guardan bastante relación con el resto. Es decir, cuando estallan los movimientos obreros no lo hacen en condiciones de aislamiento sino porque en términos generales se han universalizado las condiciones para la lucha. Con cada nueva oleada revolucionaria de los trabajadores, el viejo topo emerge a la superficie, una vez pasada ésta el viejo topo vuelve a la construcción de sus túneles mientras los trabajadores se van preparando entre sí, inmersos en la cotidianidad que les hace ver su situación de miseria pero también transmitiéndose la información sobre las antiguas luchas.

Hardt y Negri decretaron la muerte del viejo topo pretextando que en la posmodernidad el desarrollo de los medios de comunicación eliminó las barreras que separan la vida cotidiana de la vida social y de la vida política. Para ellos todos los movimientos sociales de los años noventa, o al menos los más importantes: las huelgas de trabajadores franceses en 1995, los disturbios de Los Ángeles en 1992, la insurrección neozapatista de 1994; fueron acontecimientos aislados aunque de gran intensidad local, pero que ni tuvieron influencia de los movimientos obreros anteriores ni influyeron en los movimientos sociales posteriores.

Según ellos el camino de los nuevos movimientos sociales se puede expresar mediante una analogía con las serpientes que siempre dejan su huella en la superficie. Se olvidan que la influencia de los movimientos por la igualdad racial en Estados Unidos tuvieron como uno de sus bastiones a la ciudad de Los Ángeles y muchos de quienes participaron en las revueltas desatadas por la brutalidad policiaca contra Rodney King fueron hijos de simpatizantes con esos movimientos. También se olvida que la izquierda francesa de los años sesenta y setenta fue una de las más activas, recuérdese el verano francés, y que muchos de los migrantes (que ya entonces tuvieron un papel importante) venían de luchas muy fuertes en sus propias naciones o por alcanzar su objetivo de un trabajo mejor remunerado en el mundo desarrollado. También omiten que el núcleo del Ejército de Liberación Nacional que se trasladó de Monterrey a la selva chiapaneca a inicios de los años 1980 haya obtenido su experiencia política y organizativa en los movimientos estudiantiles, obreros y guerrilleros de finales de los 1960 y toda la década de los 1970. Menos les ha importado que precisamente esos movimientos “aislados” sean los que han alimentado el fervor revolucionario de los movimientos sociales que han creado una nueva oleada desde la insurrección de Seattle en 1999. Momento que ha marcado el ascenso de las izquierdas a escala mundial.

Precisamente el 10 de agosto anterior se llevó a cabo la III Reunión de Jefas y Jefes de Estado de la Unión de Naciones Suramericanas, que ha sido uno de los espacios ganados por la oleada revolucionaria de la clase trabajadora en los diez años recientes. Los proyectos de integración de Latinoamérica han tenido dos modalidades a lo largo de la historia; por un lado los que están en sintonía con los intereses del imperialismo estadounidense. En el extremo contrario están los proyectos sustentados en el planteamiento que Bolívar plasmó en la Carta de Jamaica, y que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, citó en su Carta a los presidentes de UNASUR: “completar la obra de nuestra regeneración”. Es decir la de América Latina. Es justamente esta segunda forma la que han impulsado históricamente las izquierdas en la región.

Pero hay dos errores que no deben cometerse al valorar la situación. Primero, la existencia de la UNASUR no es un producto de los dirigentes, no son los grandes mandatarios, por muy de izquierda (o bolivarianos) que se digan, los autores que posibilitan este proyecto. Segundo, la UNASUR no es un instrumento monolítico que haya exorcizado en términos absolutos la posibilidad que las derechas se lo apropien.

Respecto a la primera observación, es preciso recordar que todos los gobiernos emanados de las expresiones partidarias identificadas con las izquierdas lograron erigirse como tales gracias a la acción popular, independientemente de la manera en que hayan operado después (si han sido consecuentes o han traicionado los intereses de sus bases) son un producto de la organización social. Michelle Bachelet, Tabaré Vázquez, Fernando Lugo, Luiz Inacio Da Silva, Álvaro Colom, Mauricio Funes, Manuel Zelaya, Daniel Ortega, Rafael Correa, Evo Morales y Hugo Chávez son todos presidentes que han ganado su lugar gracias a la movilización derivada de la gran oleada revolucionaria de los trabajadores en el mundo, y particularmente en América Latina. Pero el que se pronuncien partidarios de la izquierda no quiere decir que siempre van a estar del lado de la sociedad, para no ir más lejos, el gobierno de Chile con Bachelet, el de Uruguay con Tabaré Vázquez o el de Brasil con Luis Inacio Lula Da Silva han sido gobiernos que han favorecido a las burguesías imperialistas. De hecho la vocación protoimperialista brasileña se ha desbocado en los dos periodos de Lula.

La clave para que los gobiernos de América Latina mantengan la tendencia hacia la construcción de sociedades más equitativas es el conseguir que la dinámica activa de los pueblos se convierta en una constante de más largo aliento.

En la Declaración Presidencial de Quito firmada el 10 de agosto de 2009 se señalan acuerdos muy generales sobre el desarrollo de la región en materia de sistemas de salud, protección del medio ambiente, educación y ciencia. En donde se encuentran los acuerdos más relevantes es en las políticas económicas regionales. Pero es aquí donde más cuidado deben tener los movimientos sociales porque el principal motivo que se aduce es el de la crisis económica mundial. Los cual es muy loable, tanto a los capitalistas como a los trabajadores tienen interés por superar el desastre de la economía. Pero la coincidencia en el objetivo queda rebasada cuando se comprende que los caminos que se plantean desde el capitalismo y desde la clase trabajadora son completamente distintos y conducen a recuperaciones diametralmente opuestas. Incluso los críticos del neoliberalismo, aunque no necesariamente del imperialismo estadounidense ni del capitalismo, toman cierta distancia del camino de las necesidades de los trabajadores. Un ejemplo claro de esto son los señalamientos que recientemente hizo el economista Paul Krugman quién reconoce la posibilidad de que la crisis económica en EU esté terminando (véase La economía de EE.UU. está ahora empeorando más lentamente) gracias a que: “En resumen, el gobierno ha desempeñado un papel estabilizador crucial en esta crisis económica.” La clave de ello ha sido que el “…papel del gobierno en esta crisis no es lo que ha hecho, sino lo que no ha hecho: a diferencia del sector privado, el gobierno federal no ha reducido el gasto a medida que han disminuido sus ingresos.”

Mientras que hasta para los teóricos capitalistas ubicados más a la izquierda del espectro político el problema de la crisis es un problema de cómo los gobiernos estimulan a los capitalistas para que inviertan su capital. Para la clase trabajadora este tipo de crisis que afectan más ampliamente al sistema, y no solamente a la economía, necesitan salidas con mayor profundidad. La organización de nuevas formas de realizar las tareas productivas y su vinculación con el trabajo reproductivo son asignaturas que únicamente pueden desarrollarse desde el interior de la propia sociedad, porque hecho desde los centros de pensamiento capitalista o de los organizadores profesionales de las fuerzas productivas únicamente se va a seguir reproduciendo la dinámica capitalista de explotación y opresión tanto de los trabajadores como del resto de las clases subsumidas.

Cuando la clase trabajadora ha ejercido mayor presión pero sin conseguir que se apliquen sus salidas, no se ha conseguido más que perfeccionar al capitalismo. La mayor eficiencia productiva tanto en medios de producción como en la organización de los procesos sirve para hacer más eficiente la producción de mercancías, lo cual en términos relativos, es positivo para los trabajadores, aunque en última instancia tales beneficios son usados por el capital para agudizar la explotación. Las preocupaciones por el deterioro ambiental del planeta ocasionado por la sobreproducción capitalista podrían desembocar en tecnología más eficiente pero no eliminaría la producción superflua de mercancías, con lo cual a la postre la reducción de contaminantes se vería compensada con una mayor cantidad de mercancías producidas.

El que los trabajadores se apropien directamente de la producción requiere que directamente se establezca una coordinación amplia de los sectores productivos a escala internacional, lo que en consecuencia redundaría en la eliminación de la producción superflua de mercancías. Ni la muerte ni la derrota son opciones: ¡NECESARIO ES VENCER!

lunes, agosto 10, 2009

Reyertas 50: Nubarrones

Hace diez años los movimientos sociales a escala planetaria comenzaron una nueva oleada ofensiva que sepultó las teorías sobre una generación de jóvenes que eran indiferentes ante todo y ante todos. Se suponía que aquella era una camada educada bajo los más modernos y estrictos principios pedagógicos para evitar que la juventud volviese a ser el energetizante que alimentase los ánimos revolucionarios de las clases subalternas, como ocurrió en las décadas de 1960 y 1970. La ortodoxia foulcaultiana hablaba del arribo de humanidad a una Sociedad de control, en la cual, los propios mecanismos de exclusión e inclusión social estaban completamente interiorizados por cada individuo. Esto es, se suponía que habíamos llegado a un momento en la historia en que las instituciones disciplinarias comenzaban su declive, pues la adopción de las formas de relacionarse socialmente incluía ya la disciplina más acorde a los intereses del sistema capitalista. Sin embargo, el desgano de la generación X tenía su complemento en la pasmosa apatía que todas las expresiones de las diversas izquierdas comenzaron a reflejarse en cada uno de sus militantes. Por mencionar solamente algunos casos, los socialdemócratas se convencieron de la imposibilidad de humanizar al capitalismo y se decidieron (con su proyecto de la tercera vía) a buscar un objetivo más modesto: ser los gestores que resolviesen los puntos de mayor encono entre el capital y el trabajo. La liberación nacional no solamente se convirtió en una pieza de museo (la guerrilla se veía como un anacronismo), sino que muchos de sus dirigentes comenzaron a formar organizaciones políticas que competiesen con los partidos socialdemócratas. Los ecologistas encontraron por fin el camino de la institucionalización inocua. Los comunistas estaban tan fracturados y tan desprestigiados tras perder a su principal referente histórico que entre los pocos sobrevivientes brotó la superstición de la razonabilidad del trotskismo y en unos cuantos años esa corriente se puso de moda, aunque fiel a su esencia del escisionismo interno por lo cual no es difícil encontrar más organizaciones de esta corriente que de ninguna otra de las comunistas.

En síntesis el nihilismo que caracterizó a la denominada Generación X estuvo muy influido por la falta de proyectos que les pudiesen ofrecer las experimentadas izquierdas. Sin embargo, la reflexión autocrítica no era (y quizá siga sin serlo) uno de los principales distintivos de las organizaciones que luchan desde ese lado del espectro político. Diez años después del derrumbe del mito de la Generación X sigue sin haber una comprensión precisa sobre lo que significó ni las causas que favorecieron su aparición ni la responsabilidad que las izquierdas tuvieron en su desarrollo. Durante toda la etapa de retracción de los movimientos sociales, en las décadas de 1980 y 1990, la práctica transformadora se redujo al hacer por hacer con tal de cerrarle los espacios a la malévola derecha. Las izquierdas se acostumbraron a trabajar sin preguntarse ¿cuál es el objetivo?, ¿por qué hacer tal cosa?, ¿hacia dónde encaminar la lucha revolucionaria? Y si en un momento dado responder los cuestionamientos teórico-programáticos fue una tarea completamente prescindible, mucho más lo fue el masificar las pocas respuestas al respecto. Hasta los propios militantes de las organizaciones desconocían los principios de ésta, simple y sencillamente se trataba de hacer por no dejar.

Por fortuna, la Fiesta Social de Seattle de noviembre de 1999 demolió el mito de la apatía de la juventud y, con ello, el de la Generación X. Desde entonces y hasta la fecha los movimientos sociales han venido en ascenso a lo largo y ancho del mundo. En algunas partes han forzado a la clase dominante a aplicar cambios que les permitan mantener su posición jerárquica en la sociedad, en otros casos la movilización social ha sido determinante para defenestrar a los peores gobiernos mediante cambios completos en el régimen de gobierno y en otros más han conseguido que se implanten verdaderos gobiernos populares (que no populistas en el sentido negativo del término).

Sin embargo, la acción práctica, de la práctica, para la práctica y por la práctica misma se ha vuelto un vicio inherente a todas las izquierdas actuales. El miedo a la reflexión se ha perpetuado en la acción semi-autómata. Para colmo, la crisis económica mundial también perjudica parte del trabajo que se había conseguido en estos diez años.

La Crisis económica y las izquierdas Sísifo

Diversas voces de las sociedades en el mundo han señalado las dimensiones que tiene la actual crisis y resumen todas éstas en una gran crisis estructural del sistema capitalista. Y tienen razón. No obstante, contrariamente a lo que muchos militantes de las izquierdas pensamos, las crisis estructurales no suelen ser un campo fértil para el acontecimiento de situaciones prerevolucionarias sino por el contrario. En los diez años recientes hemos sido testigos de un ascenso de los movimientos sociales, principalmente en América Latina, en dónde hasta se ha logrado influir para crear un bloque de naciones que se identifican con una propuesta que tiende al socialismo, pese a no tener muy claro qué objetivos específicos debe tener ese Socialismo del Siglo XXI. Esto es, más allá de una abstracto sentido de liberación y de desarrollo económico independiente de la influencia del imperialismo estadounidense, aunque no con un rompimiento absoluto, se tienen pocas ideas sobre los objetivos que necesita ese objetivo de construcción regional.

Sí uno observa cómo se han venido desarrollando estos movimientos sociales, podrá percatarse que su crecimiento se ha dado a la par que el auge económico del ciclo 2001-2008 se iba desenvolviendo. Incluso en Europa las organizaciones de izquierda tuvieron un importante crecimiento que en un momento dado permitió el encumbramiento de los partidos socialdemócratas en algunas naciones, como en el caso de España y por un breve periodo en Italia. Pero el estallido de la crisis económica comenzó a corroer las bases sociales de esas izquierdas. Las elecciones recientes de diputados al Parlamento Europeo, realizadas entre el 4 y el 7 de junio de 2009, demuestran que comienza a haber un retroceso para las izquierdas entre la sociedad. Es de llamar la atención pese a que la participación, 43% del padrón, es una de las más bajas en la historia del europarlamento, los partidos de derecha hayan ganado la mayor cantidad de los escaños pero sin incrementar de manera considerable su votación absoluta. Lo que pasó es que simple y sencillamente quienes en 2004 habían votado por los partidos europeos de izquierdas ahora no lo hicieron; en mucho por decepción y en mucho por hartazgo. El punto clave que es preciso reconocer es que tal situación se deriva de una política practicista, ni siquiera pragmática, que ha regido el qué hacer de todas las organizaciones políticas de las izquierdas.

En América Latina la situación, aunque se presenta con características muy diferentes, en esencia corre el riesgo de seguir el mismo camino que el de las izquierdas europeas. Cierto que el triunfo electoral de Mauricio Funes como candidato del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) en la República de El Salvador es un síntoma de que de este lado del Atlántico el poder de los movimientos sociales es más grande. Aunque también podríamos estar ante los últimos coletazos de la oleada revolucionaria que ha conmocionado a Latinoamérica en toda una década. Un primer indicio perturbador es el Golpe de Estado que, hasta el momento, está logrando el objetivo de cerrarle los espacios a las izquierdas hondureñas. Más allá de la ilegal forma en que se quitó al presidente Manuel Zelaya para frenar las posibilidades de una nueva Constitución en Honduras, la jugada de los golpistas es a crear las condiciones para ganar las elecciones presidenciales de noviembre próximo y así desmantelar los avances que se han dado tanto al interior de la nación centroamericana como en sus relaciones con el resto de las naciones de Latinoamérica. Por su lado, tanto Venezuela como Cuba, dos de los pilares de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) están teniendo que aplicar severos ajustes económicos que podrían frenar los avances que tuvieron a lo largo de la década.

El escenario probable es que como consecuencia de haber esgrimido pretextos por más de tres décadas para huir de la elaboración teórica, las izquierdas regresen a una situación similar a la que tuvo que soportar en la década de los años 1980 y 1990. Es cierto, que de volverse realidad el escenario pesimista la tarea práctica será la defensa de los espacios conseguidos, no solamente de gobiernos nacionales, sino de los avances políticos que se han dado en muchas naciones en términos sociales, por ejemplo la despenalización del aborto en la Ciudad de México o el perfeccionamiento del presupuesto social en Porto Alegre, Brasil; o la existencia de los gobiernos autónomos de los caracoles zapatistas.

Como sea, el viejo topo sigue tan activo, o más, que cuando Marx escribió sobre él (aunque le pese al renegado Negri), pero este topo tiene que aprender a teorizar para la práctica para que nunca más una crisis estructural del capitalismo amenace derrumbar los túneles que ha construido. Ni la muerte ni la derrota son opciones: ¡NECESARIO ES VENCER!

jueves, agosto 06, 2009

Humor

Los autores de este espacio perdieron la razón ante la manifiesta religiosidad con la que conciben muchos militantes el marxismo. No es un fenómeno reciente, claro, pero no por ello deja de causarles extrañeza (la extrañeza no se debe a la novedad sino al cuestionamiento propio del ¿de verdad no estamos cayando en lo mismo? ¿hasta dónde es ortodoxia y dónde se convierte en dogma?).
Para mostrar un poco más claramente el salto mortal que implica zambullirse en el dogma marxista-religioso, tomamos con un poco de humor la cosa y le presentamos a los lectores algunos chistoretes teologomarxistas.

CATECISMO MARXISTA

POR SAGANDHIMEO mau_dimeo@hotmail.com

ADVERTENCIA

Este escrito es meramente lúdico, cualquier parecido con alguna obra religiosa es pura coincidencia.

CREDO MARXISTA


Creo en un solo Marx, padre del marxismo, creador del socialismo científico y del materialismo dialéctico. Creo en un solo Engels, colaborador único de Marx, nacido de la burguesía antes que todos los marxistas. Materia en movimiento, movimiento de materia, producto histórico no ideal, de la misma naturaleza del mundo, de donde todo se transforma. Marx, que a nombre del proletariado asumió un papel revolucionario y por obra de sus intereses políticos fundó la primera internacional y se hizo dirigente de ésta. Y por causa de conflictos políticos fue expulsado de su país y por nuestra causa murió en la miseria en tiempos de desarrollo industrial. Sus ideas impulsaron la revolución rusa a la tercera década de su muerte. Y de nuevo resurgirán sus principios para juzgar a la burguesía e instalar el reino de la libertad. Creo en Lenin, revolucionario de toda una nación, que procede de Marx y Engels, que con las ideas de Marx y Engels instituyó el socialismo real y que habló en nombre de ellos. Creo en el socialismo científico, que es uno, praxiológico y revolucionario. Confieso que hay un solo socialismo cubano, fundador del marxismo en América latina. Espero la revolución proletaria a nivel mundial y la vida del mundo comunista Amén.

MANDAMIENTOS MARXISTAS

1. Amarás al proletariado sobre todas las cosas.

2. No tomarás el nombre del comunismo en vano.

3. Combatirás las injusticias, donde quiera que se presenten

4. Reconocerás el valor de cada trabajador

5. Combatirás la opresión y la violencia callada

6. Practicarás y promoverás la sexualidad libre y responsable

7. Combatirás la explotación y la propiedad privada

8. No caerás en falsa consciencia

9. No consentirás pensamientos ni deseos enajenantes

10. No codiciarás fetiches (dinero, poder, fama, etc.).

BEATITUDES MARXISTAS

En aquel tiempo, viendo la muchedumbre, entró a las fábricas, se sentó, y los obreros se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:

«Bienaventurados los pobres, porque en la lucha no tienen nada que perder.

Bienaventurados los revolucionarios, porque ellos expropiarán la tierra para sí.

Bienaventurados los que protestan, porque ellos lograrán emanciparse.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados (sic).

Bienaventurados los que adquieren memoria histórica, porque ellos serán recordados.

Bienaventurados los que universalizan sus intereses, porque ellos vivirán el comunismo.

Bienaventurados los que trabajan por el socialismo, porque ellos serán llamados revolucionarios.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia (sic), porque de ellos es el Reino de la libertad.

Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros (sic) por causa del marxismo.

Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el comunismo; pues de la misma manera persiguieron a los revolucionarios anteriores a vosotros».

¿QUÉ TAN MARXISTA ERES? (JUECES MARXISTAS)

Suma tus puntos a-0 b-1 c-2

1. ¿Consideras que la realidad es fundamentalmente material y se mueve hacia formas más complejas?

a) exactamente

b) la realidad es material o la realidad está en movimiento, pero no ambas.

c) la realidad es fundamentalmente espiritual y el movimiento es aparente

2. ¿El modo en que las personas se ganan la vida determina su concepción del mundo?

a) exactamente

b) es un factor importante pero no fundamental

c) no, es al contrario, nuestro pensamiento o nuestra religión o las relaciones de poder o algún otro factor es lo que determina nuestra concepción del mundo.

3. ¿Es posible instaurar el comunismo?

a) Es probable, dependiendo de las condiciones materiales y el desarrollo de la conciencia histórica

b) Es poco probable, pues difícilmente se logrará una sociedad libre de egoísmo

c) No es deseable, pues es preferible mejorar el capitalismo o regresar a economías anteriores.

Resultados.

0 puntos: marxista ortodoxo (no confundir con la ortodoxia soviética)

1-2 puntos: marxista heterodoxo (probablemente partidario de la teoría crítica)

3 puntos: ni marxista ni antimarxista

4-5 puntos: antimarxista

6 puntos: antimarxista radical.

lunes, agosto 03, 2009

Reyertas 49: La crisis actual ¿dónde estamos?

Al referirse a la presente crisis económica mundial, desde la perspectiva de la izquierda crítica, resulta fácil recurrir a la comparación con la crisis de 1929. De hacho no falta el camarada audaz que señale que la actual superará los efectos de la Gran Crisis. No obstante, tales afirmaciones no pueden ser más que un producto proselitista que raya con la demagogia. La forma en que se han ido disolviendo socialmente los vínculos sociales a escala mundial demuestran que es urgente abandonar la senda trazada por el capitalismo de libre mercado, pues hasta la propia existencia de la humanidad (e incluso de la vida en el planeta) se ha puesto en riesgo con las reformas neoliberales. Pero tal hecho no justifica que en la premura por generar los cambios necesarios, tanto los partidarios de la vía revolucionaria como los de la humanización del capitalismo recurran a frases incendiarias que causan cierta preocupación entre quienes reciben tal mensaje, pero no necesariamente abren el camino de la concientización.

En primera instancia es preciso recordar que el contexto en el cuál se presentó la crisis de 1929 tiene diferencias importantes con el entorno en el que se está desarrollando la actual. En segundo lugar, el desarrollo de los medios de producción es muy diferente tanto en términos cuantitativos como cualitativos. Finalmente las características específicas del imperialismo hegemónico de la actualidad son muy distintas a las del imperialismo hegemónico en la primera mitad del siglo XX.

En el primer punto es claro que la correlación mundial de fuerzas es completamente otra. La primera mitad del siglo XX estuvo definida por la agudización de las pugnas interimperialistas, además de una maduración del movimiento obrero que comenzaba a cuajar en revoluciones de corte socialista. A principios del siglo XXI aún no se ha presentado un desarrollo suficiente de la competencia entre imperialismos que permita poner en entredicho la hegemonía estadounidense, la mayoría todavía depende en muchas circunstancias de las decisiones que el gobierno imperialista tome. Por su parte, el movimiento obrero aún está en recuperación tras las derrotas que sufrió entorno al derrumbe del bloque soviético. Poco a poco los movimientos sociales se van recomponiendo, pero aún les falta un largo camino antes de alcanzar grados de madurez similares a los que tenían un siglo antes.

Cuando me refiero al desarrollo de las fuerzas productivas no solamente hablo de la tecnología empleada en las máquinas, sino también de las formas de organización del trabajo y de la propia división internacional del trabajo. Los avances tecnológicos han permitido la desconcentración de las unidades productivas, algo que en la primera mitad del siglo XX era impensable, pues la tendencia era hacia la concentración de las unidades productivas gracias a la mecanización de los procesos productivos. La automatización misma de la producción ha sido la que ha generado las condiciones para que el viejo esquema fordista-taylorista de trabajo vaya siendo remplazado gradualmente (aunque difícilmente será completamente sustituido) por formas de trabajo pretenden estar más vinculadas al consumo real. La alta especialización de determinadas tareas ha conducido a un perfeccionamiento de las labores ligadas a las fases económicas de la distribución e intercambio, los servicios financieros y el comercio tienen en la actualidad un papel que no habían alcanzado en otro tiempo, lo cuál los hace vitales al capitalismo para paliar los efectos negativos que trae el subconsumo de los trabajadores, es por ello que en el ciclo económico que terminó con el inicio de la presente crisis económica mundial las burbujas financieras tuvieron un papel tan relevante en el desempeño de la economía. Al mismo tiempo, la desaparición del antiguo colonialismo al estilo británico que requiere la intervención directa de la metrópoli perdió su carácter de necesidad. Además de las luchas de liberación nacional, una determinante de que ello haya sido así fue el propio camino que han tomado las nuevas formas de organizar el trabajo de manera desconcentrada. Así la división internacional del trabajo se ha reconfigurado, anteriormente las naciones industrializadas se apropiaban de las colonias para asegurarse una fuente de materias primas y un mercado que recibiese sus capitales exportados. En la actualidad el modelo neocolonial que ha establecido la hegemonía estadounidense solamente requiere de un dominio político-económico indirecto que preserve la independencia formal intacta. El resultado de tales circunstancias ha sido la aparición de naciones cuya economía está altamente especializada, entre las industrializadas y las importadoras de capital/exportación de materias primas están aquellas que se basan en la manufactura de mercancías intermedias y las intermediarias de capital.

Respecto a las características particulares del imperialismo hegemónico actual, ya adelantaba en el párrafo anterior que los modelos de colonialismo son completamente distintos. Mientras la Gran Bretaña requería mantener un oneroso aparato burocrático que gobernase directamente sobre la colonia, para el imperialismo estadounidense no se requiere más que mantener presencia central en algunos órganos internacionales de negociación y un cuerpo diplomático (que desempeña un papel equivalente al que tenían los procónsules en el imperio romano). El momento en que se hallaban ambos imperialismos en el momento en que las crisis que se están comparando iniciaron también es distinto. Cuando la crisis de 1929 se propagó por el mundo Gran Bretaña no solamente tenía casi seis décadas inmerso en una descomposición lenta, de hecho para el poderío británico el haber desarrollado el imperialismo significó el inicio de su decadencia como potencia hegemónica mundial, sino que ya había atravesado por una gran guerra desatada por las pugnas entre los imperialismos; guerra que como resultado le había quitado la supremacía militar y financiera, dejándole solamente la política. En cambio, para los Estados Unidos el haber iniciado su fase imperialista significó la base que posibilitó su supremacía mundial. De hecho el inicio de la fase de agotamiento del imperialismo estadounidense apenas podría comenzar a fecharse en el lapso de los últimos 20 ó 30 años en el mejor de los casos, además también se ha distinguido por ser lenta y máxime cuando carece de adversarios que realmente le hagan frente. Pese a ir perdiendo poderío los EU mantienen el control político, militar, económico y financiero del mundo. Ni la Unión Europea ni las naciones del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) tienen aún la capacidad para desbancar a los estadounidenses en cualquiera de esos rubros.

Por otro lado, muchos camaradas están desestimando las medidas políticas que ha ido aplicando el gobierno de Barack Obama. En el Reyertas 7: La elección en EU y América Latina ya señalaba que la inminente presidencia de Obama significaría la posibilidad de una reconstrucción de las fuerzas productivas al interior del imperialismo yanqui, lo que para éste es una urgencia vital puesto que la descompensación económica entre el sector financiero y el sector productivo ha sido muy grande al generarse un enorme volumen de valores monetarios sin un sustento real. Pues bien, sorpresa para todos. Resulta que las únicas medidas que efectivamente están funcionando de entre todas las que se han puesto en práctica en el aún breve gobierno de Obama han sido las relacionadas con el sector industrial. Si bien en el mes y medio que lleva de estar funcionando ese Fobaproa a la gringa del Plan Geithner para el rescate del sector bancario ha dado visos de no ser la mejor salida al problema financiero, de hecho en julio se reportó la quiebra de cuatro bancos más para llegar (nada más) en el 2009 a un total de 68, la forma en que se han manejado los problemas financieros de las compañías automotrices.

Hay que recordar que por todas las cadenas productivas que se generan al rededor de la industria automotriz, los Estados Unidos han tenido el corazón de su productividad en el desarrollo de ésta. Sin embargo, las reformas reaganeanas que favorecieron la especulación financiera, mientras se sacrificaba la productividad, crearon las condiciones para que las tres grandes compañías fabricantes de automotores dejasen de lado la innovación en el sector para desbocarse en la carrera por obtener jugosas ganancias financieras. Tales circunstancias hicieron que al estallar la crisis económica de 2000-2001 en la economía estadounidense, la competitividad de las automotrices estadounidenses se derrumbase para no recuperarse en todo el ciclo económico subsecuente (por ello es que en el período 2001-2007 la economía norteamericana haya promediado un raquítico crecimiento anual del 2.3%). Inclusive General Motors, que por décadas fue la empresa más importante de los EU fue desbancada como la principal vendedora de vehículos en su propio mercado de origen por la empresa japonesa Toyota.

Con el problema de la producción de mercancías en vías de solucionarse al imperialismo norteamericano nada más le haría falta subsanar sus cloacas financieras, recuérdese que los ciclos económicos están regidos por la tasa de ganancia y el volumen de las inversiones. Entonces sí, los movimientos sociales tendrán una cuesta mucho más pronunciada por escalar, pues lo que es bueno para el imperialismo no necesariamente lo es para las naciones subsumidas. Habrá que luchar más inteligente y con más fuerza. Ni la muerte ni la derrota son opciones: ¡NECESARIO ES VENCER!